Back Spacer

Nada nuevo bajo el sol. Siguiendola estela del anterior, el nuevo de Pearl Jam recoge buenos momentos, algunos incluso inspirados, pero no es para nada una obra definitiva, redonda y ya no digamos maestra. Más bien es un disco más de una banda acomodada en el olimpo de los ganadores. Y eso que empieza con un par de buenas y furiosas canciones (sobre todo la magnífica “Got Some”) para enlazar con un single algo atípico como “The Fixer”, una canción que posee un estribillo tan vacilón como simple y que muy bien podría haber firmado con gusto los Foo Fighters de Dave Grohl. Aunque no es hasta llegar a la algo ramplona “Johnny Guitar” cuando la sensación de hallarte ante otro disco más se empieza a perfilar como una certeza, más que como un espejismo que todavía pueda desvanecerse. A continuación, un ejercicio de obviedad supino al colocar, tras cuatro temas intensos, “Just Breathe”, una balada con acústica en la línea de lo compuesto por Eddie Vedder en la banda sonora de “Into The Wild”. Bonita, pero sin llegar a emocionar. “Amongst The Waves” un buen medio tiempo con un logrado solo de guitarra a cargo de Stone Gossard y un estribillo de corte épico y evocador que, aunque no quedará en el recuerdo, le da peso al álbum.

La cosa mejora con “Unthought Known”, uno de los mejores cortes del conjunto forjado a base de un logrado crescendo alque se van añadiendo instrumentos. No es un ejercicio nada novedoso, pero funciona. Y tras ir de menos a más en lo rítmico, toca un ejercicio de furia y eso es “Supersonic. Un acelerado ritmo de Matt Cameron y un rápido fraseado de Vedder aliñado con guitarras de pulso furioso y contundente. Bien. Y siguiendo con lo obvio, tras la tormenta, la calma. “Speed Of Sound” cumple con su función de desengrasar, pero poco aporta al disco. Todo lo contrario que el siguiente corte. Aquí sí. “Force Of Nature” es un gran tema compuesto por un McCready que se prodiga poco, pero que cuando lo hace lo borda. Si “Back Spacer” tuviera más temas de este nivel, otro gallo cantaría. Certero en el estribillo y en el ambiente épico -contenido que tan bien le sienta a la garganta de Eddie Vedder. “The End” marca el final en tono íntimo y acústico y, aunque el sabor boca es agridulce, se queda uno con la sensación de que podría haber sido mucho mejor, pero también lo contrario. Y es que aunque sea relativamente fácil mantenerse en la cima de la repersución mediatica, lo complicado es estar creativamente a la altura de las circunstancias. Y esa es una batalla que Pearl Jam han perdido de nuevo, aunque no por goleada.