Mumford & Sons publicaron “Sigh No More”, su debut hace más de tres años, para desde entonces girar e intentar mantener la cabeza fría. Y aunque muchos esperaban este segundo trabajo, era difícil no generarse altas expectativas que, por desgracia, no se satisfacen del todo. “Babel” bien podría haber sido grabado durante las sesiones de su primer disco, salvo contadas excepciones que optan por arreglos grandilocuentes (“Holland Road”) y más tensión en las voces y en la ejecución (“Below My Feet”). Sin embargo, toda esa energía sudorosa se diluye hacia la mitad del álbum, donde abundan medios tiempos en las que Marcus Mumford explota ese lado sensible y castigado, como en “Lover’s Eyes”. Porque si algo hemos aprendido con Mumford & Sons es que el banjo mola y que puedes grabar casi el mismo disco que tu debut y que sea un éxito. Aunque esto último ya lo sabíamos. “Babel” guarda también canciones redondas, emocionantes y adictivas, como “I Will Wait” o “Hopeless Wanderer” o “The Boxer”, heredera del imaginario de Mark Twain. Otras, por contra, poco aportan más que minutos a algo que ya suena demasiado familiar. Y aún así, es tremendamente fácil y agradable sucumbir al folk de los británicos, tan bello, efectivo y con sabor a zarzaparrilla americana.
Sin ánimo de ser cruel, pero olvidar algo tan básico como que "The boxer" es una versión de un clásico clasicón de todos los tiempos de Simon & Garfunkel dice muy poco de la crítica.
iba a decir lo mismo que el de arriba...poner a parir el disco está guay y tal, pero lo de pensar que the boxer es de ellos pone de manifiesto lo muchísimo que se curran aquí las críticas. en fin.