Parece que 2013 se empeña en entregarnos grandes discos donde predomina la pulsión clásica del folk-rock alternativo con cierta vocación pop a la hora de trazar buenas melodías, un contenido lírico nada desdeñable y ganas de incorporar diferentes texturas en los arreglos. Trabajos que consolidan carreras rotundas como las últimas obras de Jim James, Eels o Iron & Wine, u otros que nos auguran grandes momentos presentes y futuros como el debut de Matthew E. White o el segundo trabajo del irlandés Conor J. O'Brien y sus Villagers. Un disco que mantiene las coordenadas de las que hablábamos al principio, incorporando texturas electrónicas (“The Wave”), fastuosos arreglos de cuerda (“Nothing Arrived”) y una ambientación rica en matices y detalles que engrandece la canción. Un rotundo salto cualitativo que consolida todos los parabienes recibidos con su álbum de debut (Mercury Prize incluido) y que nos recuerda que en los últimos veinte años ha habido francotiradores realizando muy buena música. Solo hay que escuchar un tema como “Judgement Call” para pensar en los mejores Death Cab For Cutie, acercarse a “The Bell” con Bright Eyes en el punto de mira, imaginar que “My Lighthouse” podría ser un tema firmado por Jeff Buckley en 2013 y que la delicada “In A Newfound Land You Are Free” nos retrotrae al mejor Ed Harcourt, el de los primeros discos. Sin ningún lugar a dudas todo un placer para los sentidos.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.