Core

El core. Lo es todo. “Tienes que sentirlo en el core”, me dijo la monitora de spinning en mi primera clase. Se refería al núcleo, al nudo de mi estómago. Supongo. Luego tenemos el grindcore, el metalcore, el easycore y, por supuesto, el hardcore que es la madre de todos los cores y la que parió también a todos los post habidos y por haber. De ahí proceden Atención Tsunami y a esa esencia se remiten en su quinto álbum, cinco años después de un "VLTRA" (2019) al que puso sordina la pandemia. En cierto modo es como si con este disco los madrileños se reivindicaran más que nunca, dando un golpe en la mesa para reclamar esa destacada atención que merecen desde hace al menos una década y rara vez se la han prestado los medios y el (gran) público.

Todo suena más conciso (diez canciones en 32 minutos), más virulento, más contundente. Han ido directos y al grano. Resulta inevitable acordarse del estallido de los actuales Viva Belgrado en “Rentistas” o de la solidez que siempre han lucido León Benavente en “Una habitación con vistas”. En esa liga están. Es algo que se percibe ya desde el riff eléctrico de “Máquina violenta”, que pide asilo en tu cabeza desde el minuto uno. Y no por ello se han olvidado de perfeccionar su vis más ensoñadora, aquella que en entregas pretéritas nos hacía acordarnos del shoegaze y del africanismo pop que tanto se puso de moda hace una década, salpimentado en su caso con dosis de sarcasmo: ahí están “Politiza tu estrés”, “Fahrenheit”, “El nuevo viejo rollo” o “Días felices”.

No sabría decir si este disco, de nuevo con producción de Raúl Pérez en La Mina y masterización de Víctor García en Ultramarinos, es el mejor de su carrera. Lo que sí es seguro es que es el que más alto levanta la mano para demandar que se les haga caso.