En cada nuevo disco de Fermín la incógnita es la misma: ¿Hacia qué estilo se habrá decantado y como habrá renovado su comprometido discurso? Y nos ha vuelto a sorprender. Aquí el reggae, ska y dub se amplían con breakbeat, trip hop o dubstep y los textos son menos explícitos aunque igual de combativos. Y si en “Brigadistak Sound Systema” viajaba a diferentes ciudades para hacer canciones, ahora son las canciones las que han viajado a distintos lugares del mundo.
El Sound System fue el pequeño estudio móvil que llevó en su última gira y con el que grabó las miles de piezas que luego ha unido magistralmente. El explosivo “Milaka Bilaka”, que cierra el CD, fue el origen de todo y reúne unas buenas colaboraciones. Marina (Ojos de Brujo), Manu Chao, Mouss & Hakim (Zebda) y algunos miembros de La Kinky Beat participan en esta declaración de principios.
Hay temas revulsivos como el cinematográfico “Shoot The Singer”, pero donde atrapa es en sugerentes tiempos medios como “Itzuliko Naiz”, “I Come From” o “Hau Dena”, ahí Muguruza nos descubre nuevos matices vocales, algo que también ha cuidado mucho con las aportaciones de Al Rumjen (Asian Dub Foundation), los palestinos DAM, el nigeriano Nesta o un amplio equipo femenino (Stephanie Wallace, Sorkun, Maria de Medeiros, Minsa o Rossy de Palma). Quizá se puede decir más alto, pero con Fermín Muguruza siempre es el sentimiento el que traspasa.
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