Ash and Ice

Tirar la ceniza de su cigarro en una copa con hielo. Un gesto sencillo y quizás inconsciente fue suficiente para que Jamie Hince encontrara el título del regreso de The Kills tras un lustro de silencio discográfico. Y de manera inconsciente también dio con una perfecta metáfora de la explosiva pareja musical que forma con la cantante Alison Mosshart.

Sí, la tensión sexual entre estos dos amigos –no hay más y sabemos que el amor lo estropearía todo– que tan buenos momentos ha aportado desde la publicación de “Keep on your mean side” (2003) no se ha apagado. La voz irresistible y a veces suplicante de Alison habla de necesidad y lealtad total (“Heart of a dog”) o dice sin rodeos que es un hábito difícil de dejar (“Hard habit to break”).

A pesar de los flirteos de Alison con The Dead Weather, Jamie la tiene ahí desde el principio y está para las duras y las maduras, dado que parir “Ash & Ice” no fue precisamente coser y cantar. Una grave lesión en la mano izquierda del guitarrista, seguida de varias operaciones, le llevó a meterse en el estudio y desarrollar su faceta de productor. Ahí puede estar el origen de la suavización de su sonido sucio y analógico y del notable protagonismo de la caja de ritmos, que en ocasiones relega a las cuerdas a un segundo plano (“Days of Why and How”).

Una vuelta de tuerca interesante, afortunadamente compensada por los lengüetazos de la guitarra a la que Jamie tuvo que volver a habituarse (“Impossible tracks”). Y por cortes que rescatan el espíritu blues que les sirvió de carta de presentación, aquí presente en su versión más desnuda en “Hum for your Buzz”. Además, hay hueco para la ligereza de “That Love”, evidente heredera de la sorprendente balada “The Last Goodbye” incluida en “Blood Pressures” (2011).

Los que llevasen cinco años tachando los días en el calendario, van a recibir exactamente lo que esperaban. Unos The Kills viscerales y que no se encasillan en el estilo que les dio la fama. Un vicio complicado de dejar, vaya.