Tras firmar uno de los debuts más consistentes y serios de entre sus compañeros de generación, como él, llamados a cambiarle la cara al rap, A$AP Rocky vuelve a deslumbrar con un segundo largo en el que, además bajar las revoluciones a su estilo y entregarse por completo a la cadencia lisérgica, afina su instinto para el pop de altos vuelos.
No se confundan, “A.L.L.A.” no deja de ser un artefacto pesado y ácido, pero Hakim Mayers acierta salpicándolo de estribillos y samples suaves, dotándolo de un acceso rápido para aquellos con poca paciencia. Y si bien por fuerza buena parte de este material fue escrito y escrito antes de la muerte de su compañero y productor ejecutivo A&AP Yams, el aire melancólico imperante encaja perfectamente con la pérdida.
En su segundo álbum oficial, A$AP Rocky busca respuestas más allá de la fama, los stripclubs y las drogas, sin dejar de celebrarlas todas todo el rato. Ambición y madurez. Y una nómina de colaboraciones que van desde recién llegados (el guitarrista Joe Fox, a quien literalmente encontró tocando en la calle) a nombres de relumbrón como Kanye West, Lil Wayne, Mark Ronson, Rod Stewart o Mos Def. Algunos echaran en falta un par de bangers con los que menearse, pero el hecho es que A$AP Rocky sigue por la buena senda.
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