As It Ever Was, So It Will Be Again

Más de seis años han tenido que pasar para que The Decemberists lancen la continuación de “I’ll Be Your Girl” (Capitol, 18), en lo que viene siendo un generoso periodo de barbecho que termina con la publicación del noveno disco de estudio de los de Portland. Un tiempo de meditación que, una vez finalizado, deriva en el presente “As It Ever Was, So It Will Be Again” (YABB, 2024), un disco extenso y manifiestamente ambicioso que presume de sonido orgulloso, matizado… y también cambiante (en un orden lógico) a lo largo de casi setenta minutos de duración.

Un periplo durante el que la banda liderada por el elegante Colin Meloy opta por enriquecerse picoteando de diferentes estilos, puestos al servicio de una obra ideada como disco doble con cuatro caras temáticas. Un trabajo diseñado en base a canciones distinguidas, con arreglos bien colocados y un aspecto retro que, además de lucir especialmente marcado, sobrevuela (sin disimulo) toda la escucha hasta convertirse en elemento distintivo del bloque.

Chamber-pop, rock fronterizo al más puro estilo de Calexico, espíritu hippie, country y las sombras de The Band, Gram Parsons, Neil Young, The Flying Burrito Brothers o Rush en el horizonte. Trece piezas que finalizan con “Joan In The Garden”, un tema de veinte minutos (que además fue elegido como primer single adelanto de la referencia) en el que confluyen varias canciones diversas entre sí y que no es sino toda una declaración de intenciones. Y, de paso, la que es joya de la corona.

No cabe afirmar que “As It Ever Was, So It Will Be Again” sea el mejor trabajo de The Decemberists hasta la fecha, pero, desde luego, es uno de los buenos dentro de una discografía que, en realidad, nunca ha soltado borrones importantes. Un trabajo desmarcado que muestra una faceta menos evidentemente indie-pop para decantarse por folk y sonidos setenteros del Laurel Canyon. Quizás también más reflexivo y maduro, pero que, en cualquier caso y en último término, continúa supurando la pura esencia del combo sin traicionar sus principios artísticos. Afortunadamente.