No es éste el gran disco de REM que estábamos esperando. No es esto lo que se nos prometió hace más de un año, cuando afirmaban que en su próximo trabajo las guitarras serían de nuevo las protagonistas. Desde luego, "Around The Sun", no es el disco que apacigua nuestras ansias tras una espera de cuatro años.
Si es, sin embargo, su disco más explícito y político, pero tanta coartada coyuntural empieza a tocar los huevos. Ya me pasó con el último álbum de Steve Earle y me sucede de nuevo con éste. Se concentran en el mensaje y se olvidan del envoltorio que suena vacuo por repetido. Música llena de tics propios, que acaba sonando tan reiterativa como obvia. Fallan las canciones y sobran los ejercicios de estilo. Sí, sí, “Around The Sun” suena tan hueco como lo hacía “Reveal” y ya se empiezan a acumular las cuentas en la columna del debe. ¿De quién es la culpa? Imagino que hay una combinación de factores.
Por un lado, la desidia de Peter Buck, que parece más cómodo como comparsa de mil y un proyectos que en su propio grupo. Por otro, la marcha de Bill Berry, que pesa más de lo que se quiere aparentar. Si quieren más, añadiría el cada día más ególatra papel de líder que ha asumido Michael Stipe, disfrazado de cierta actitud taoísta exenta de humildad. Todo eso, más una sequía creativa, que deberían superar lo antes posible, recuperando la pulsión del pasado, acaba ocasionando que, por aquí, se duerman hasta las piedras.
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