Ariana Grande ha demostrado una estupenda madurez a la hora de crecer en la industria. Cada álbum que ha visto la luz bajo su firma siempre ha sido un paso adelante, con crecimiento personal y artístico incluido. Bien es cierto, que tratándose de semejante estrella global era difícil mover ficha sin pensar constantemente en el qué dirán, su imagen en los medios y el aplauso del gran público. Por eso es tan interesante su quinto álbum, porque por primera vez rompe con todas las normas establecidas, demuestra que no es una estrella pop al uso y que tras esa fría figura de trabajadora insaciable a su corta edad también hay un ser humano que está en constante aprendizaje.
“thank u, next” es un gran diario en el que Ariana refleja lo que es, lo que no está dispuesta a consentir y lo que quiere ser en el futuro. Auténtico y lleno de una sensación de alivio, que la estrella te transmite desde que cierras la primera escucha, por conseguir soltar todo un cúmulo de ideas que han moldeado su imaginario como figura pública. Este quinto LP es su pieza más oscura y menos prefabricada aunque se ciña a los sonidos que a día de hoy dominan las listas de éxitos. ¿Por qué razón? Pues porque, aún siguiendo esta norma, no nos olvidemos que nos encontramos frente a una estrella pop, de imagen limpia y blanquita, que no ha tenido miedo a saltarse las reglas pese a la acumulación de críticas recibidas y se ha atrevido a no seguir el camino preestablecido.
Tras un “Sweetener” tan aplaudido por la crítica (ganador este año del Grammy a “Best Pop Vocal Album”) como contaminado por la ambición y el afán de protagonismo de Pharrell Williams (productor de la mitad de las canciones que lo forman). La estrella ofreció una serie de declaraciones en las que decía que no quería seguir formando parte de esa estructura ligada a los lanzamientos pop que te obliga a cumplir y defender una “era”, durante un tiempo determinado, sea como sea la acogida por parte del público. Por tanto, confirmó que a partir de ese momento iba a lanzar música cuando creyera que era necesario que viera la luz y ciñéndose a sus necesidades creativas. De ahí que el pasado año, en plena promoción de su cuarto álbum, lanzara “thank u, next”, convirtiéndose en el primer tema de la estrella en alcanzar el #1 en el Hot 100 de Billboard, y tras su tremendo éxito comenzara a preparar el álbum que llevaría su mismo nombre.
“thank u, next” es un disco urbano. Ariana se acerca al hip-hop, se atreve a lanzar versos, se mete de lleno en bases de trap y revoluciona su imagen. Pero, todo esto lo hace adaptándolo a lo que ya ha construido en su carrera hasta ahora. Cuenta de nuevo con Max Martin y Ilya Salmanzadeh en la producción. Y, por supuesto, se deja guiar a la hora de escribir por sus inseparables amigas Victoria Monét y Tayla Parx. Da la sensación de que la dualidad que existía en “Sweetener” como álbum le sirvió para saber por dónde quería llevar su carrera y apartar así movimientos fallidos. Entre los temas que mejor funcionan en el disco destacamos esa “bad idea” con esencia reggae y base trap que entra desde la primera escucha. Es imposible quitarse el “Ari-Chan” en forma de coros que gritan a lo largo del estribillo como forma de acercamiento a sus fans japoneses (este proyecto es su segundo gran intento de alcanzar al público oriental que no logró conseguir con aquel “Focus” del 2015). Y es que el imaginario oriental es vital en el proyecto, solo hay que recordar su influencia a la hora de promocionar “7 rings” como single (sí, en la que usa un sampler del estándar “My Favourite Things” e incorpora parte del “Gimme The Lot” de Biggie). Al margen de todo esto, una de las decisiones más interesantes del disco es ese apoyo orquestal al que recurre de forma constante y que engrandece la voz de Ariana. La propia “bad idea”, que acabamos de citar, lo tiene al llegar al cierre. Pero, puede que el mejor ejemplo de este recurso lo sustente ese medio tiempo dreamy que es “imagine” y que eclosiona con una voz tiple que potencia el talento de la estrella. Y bueno, fuera de tanto sonido callejero, no olvidemos que si tuviéramos que hablar de pop a lo grande en este disco sin duda la mejor representación es “NASA”, una de las canciones favoritas de sus fans. Este tema, producido por Tommy Brown y Charles Anderson, habla de la fama, el amor y en él Ariana Grande compara de nuevo su propio cuerpo con el universo (ya lo hizo en su anterior disco en “God is a Woman”). Como curiosidad, la voz de Shangela, estrella de RuPaul’s Drag Race, es la encargada de abrir la canción parodiando el mítico eslogan de Neil Armstrong y dándole la vuelta: “This is one small step for woman, one giant leap for womankind”.
Sin ni siquiera buscarlo, Ari se ha convertido en los últimos años en el centro de la industria pop, en una especie de novia de la tragedia a la que cada suceso le sirve para consolidar aún más su estrellato y leyenda. El atentado en su concierto en el Manchester Arena, el fallecimiento de Mac Miller, la separación de Pete Davidson y las intenciones de suicidio de este; o las constantes acusaciones de apropiación y sus batallas en redes sociales con figuras como Kanye West, Princess Nokia o Cardi B lo certifican. “I read the things they write about me. Hear what they’re sayin' on the TV, it’s crazy. It's gettin' hard for them to shock me but every now and then, it's shocking, don’t blame me. I know it's the life that I chose”, suelta en plena “fake smile”. Canción que inicia con un sampler del “After Laughter Comes Tears” de Wendy Rene de 1964 y cuya base tira de algún que otro recurso blusero para engrandecer, e incluso dulcificar, las sentencias de la artista. Y es que un disco como este le sirve, sin duda, a Ariana para resolver muchas de las dudas que seguidores y curiosos tenían sobre cómo estaba afrontando la artista este cúmulo de situaciones. Por eso su necesidad de romper con Davidson queda, por ejemplo, tan patente en “In My Head”. Desde las continuas referencias a la falta de aprobación de esta relación en su entorno más cercano, hasta esa intro con la voz de Doug Middebrook, uno de los mejores amigos de Grande, en la que cita: “Estás enamorada de una versión de una persona que has creado en tu cabeza, que tratas de arregla pero no puedes. La única persona a la que puedes arreglar es a ti misma”. Y, evidentemente, la figura de Mac Miller también tiene su momento de gloria en el disco. Viéndole, eso sí, aún como una pieza fundamental de su vida pese a su ausencia. Sin confirmación por parte de la propia estrella, “ghostin” parece estar cargada de referencias a Miller y de esa sensación de que hasta ahora ha sido su verdadero amor. “He just comes to visit me when I'm dreaming every now and then and after all that we been through”. Sus fans han despiezado parte por parte esta canción para buscar cualquier detalle que la relacione con el rapero. Y hasta se ha llegado a hablar de que muestra un sentimiento de culpa por parte de la propia Ariana por haberle dejado volar.
Este nuevo LP transmite madurez, evolución y fortaleza. Al igual que Ariana Grande inicia el proyecto mostrándose como una estrella indefensa cargada de problemas, como su ansiedad, y una continua necesidad de atención (solo hace falta escuchar con detenimiento la letra de “needy”). Cierra el álbum con ese “break up with your girlfriend, i’m bored” reflejándonos a una artista independiente, despojada de todo el pasado que arrastraba hasta ahora, sin ganas de complacer a nadie y lista para hacer lo que le apetezca de cara al futuro. So thank u, next.
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