Con la gira de despedida de El Puchero del Hortelano del año pasado tuvimos la oportunidad de asistir a esa celebración en la que se convertían sus conciertos para, acto seguido, entristecernos por saber que era el punto y final de su carrera. Pues a las penas “puñalas” porque 2016 se estrena con el trabajo en solitario de su cantante y compositor Antonio Arco, que mantiene el pulso bien alto a la hora de trazar sus letras de corte costumbrista (“Ciudad”), vital (“Equilibrio”), optimista (“Castillo de naipes”) y sobre todo tan honestas como meridianamente claras (“Por la mañana y a la cara”). Versos pensados que han sido revestidos con una estructura clásica y un sonido pulido menos sureño que el de su anterior banda . Canciones que recuerdan a la tradición de un Sabina, aunque por momentos los Extremoduro más pausados (“Equilibrio”, “Reverso”) también sirvan de referente a la hora de situar esta nueva aventura.
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