Después de dos años, Arco publica su tercer disco “100 veces”. Este álbum ya no pertenece a la discográfica de los dos primeros (“Uno” y “Abril”) que lanzó después de su trayectoria con El Puchero del Hortelano, y ese es solamente el primero de los cambios con los que nos encontramos. El segundo es que nos encontramos por primera vez con colaboraciones de artistas como Diana Navarro, Rayden e Iván Torres (Efecto Pasillo).
En estas doce canciones producidas por Tato Latorre, Arco ha apostado por volver a sus inicios, pero con una producción y un sonido más modernos. Sirva como introducción “Debo”, eficaz carta de presentación de producción pop, con la guitarra y la voz como principales protagonistas y con un estribillo muy pegadizo. Y eso es algo que se mantiene en otras piezas como “Las ideas”, una canción que nos habla de la libertad de poder pensar y decir lo que sea sin que nadie nos vaya a censurar por ello. Más flamenca y andaluza es “No hay más”, una pieza en la que la guitarra española va marcando el compás mientras va creciendo hasta explotar y brillar con un tono eminentemente pop. “Cuarto y mitad” mantiene el aire pop. La letra habla de la positividad que hay que tener, de luchar con todo y de tener paciencia, pero la medida justa. Más movida y rumbera es “Por ser tan necio”, en la que Arco nos regala una crítica a si mismo mientras la guitarra marca todo el compás de la canción. Cambia de tercio en la lenta y sentida “Los que marchan”, que trata sobre aquellas personas que se van y de las que ni tan siquiera podemos despedirnos, y de todos los que no tienen nadie a quien despedir. En “Platón” se atreve con una canción más electrónica y pop que habla sobre equivocarse y sobre perder, sobre esas relaciones que no son correspondidas, pero en las que seguimos intentándolo sin entender que no va a funcionar.
En “El día al despertar”, Arco se acerca incluso a Pereza combinando pop rock con toques flamencos y cierra el disco con “Ochenta años”, para la banda sonora del documental “Octavas”, canción que le devuelve a sus inicios al ser una versión de su antiguo grupo, El Puchero del Hortelano, con los que vuelve a contar para esta versión.
En cuanto a las colaboraciones. Iván Torres participa en “La Dorada”, una canción muy pop a medio camino entre el sonido de Efecto Pasillo y el de Arco, dando como resultado una canción buenrollista y con, una vez más, un mensaje de libertad. Rayden se suma a “Quisiera”, una canción más lenta en la que las voces de ambos artistas casan a la perfección. Diana Navarro participa en la balada “Puede”, una canción con un gran acento andaluz y un mensaje de optimismo. Y así es como Arco redondea un disco que le devuelve a sus orígenes, además de añadir aire fresco con unas colaboraciones que pueden hacerle llegar a otros públicos y con una producción con la que moderniza su propuesta.
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