El segundo trabajo de los madrileños Grupo Salvaje se hace todavía más difícil de encasillar que su primera entrega, “In Black We Trust”.
Desde melodías más bien clásicas hasta country, spaghetti-western o rock denso, la banda de Ernesto González se muestra como una infinita diáspora de influencias. Quizá el principal problema de estos tipos es su soledad en una escena nacional en la que no se asemejan a ningún otro grupo. O quizá ese es su logro. Según como se mire. Lo que está claro es que se agradecen, de vez en cuando, discos que se alejen de los cánones establecidos en nuestro país y que, como éste, no puedan dejar indiferente a nadie.
En Grupo Salvaje respiran y sobreviven por igual Tom Waits, Nick Cave, Calexico o Johnny Cash. “Aquí hay dragones” es un disco nocturno, sosegado y, sobre todo, marcado por un número de detalles que, en ocasiones, apenas son perceptibles tras una primera escucha. Probablemente se trate de un trabajo que no guste a todo el mundo y que incluso puede recibir críticas punzantes, pero lo que queda muy claro es que a Grupo Salvaje no les faltan agallas.
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