La Reconciliación

Defender con honores la valía y el legado de una escena como la granadina requiere de un arrojo y un aplomo que solo se puede conseguir estando en tu elemento y con la pila bien cargada. Por eso no es baladí que el cuarto disco de Apartamentos Acapulco lleve por título uno tan primario y a la vez tan esclarecedor como “La Reconciliación” (Altafonte/Intromúsica, 23); la misma que sus respectivos miembros han tenido a bien librar con su propio proceso creativo tras una serie de contrariedades de índole personal y profesional y que concluyen con la auto-validación de su mejor versión. Desde finales de 2021 hasta el verano de 2023 el cuarteto liderado de forma regular por Angelina Herrera e Ismael Cámara se ha resguardado en su Granada natal con el fin de inspirar y concebir las doce nuevas canciones que conforman este nuevo elepé, dando rienda suelta a un tiro de cámara continuista pero con bellas sorpresas en su interior que nos confirman a las claras el deseo de la banda por despojarse de ciertas imposiciones estadísticas en favor de lo prosaico.

Nadie les exigía experimentos ni fórmulas inabarcables, por ello hacer las paces con su sonido de siempre les ha terminado resultando relativamente fácil, demostrando seguir teniendo en su mano los códigos útiles para crear tanto canciones con poso descorazonador y meloso (“Yo Cuidaré de Ti”) como reinvenciones naturales desde la premura y la urgencia, con las que han terminado abrazando casi de forma inédita pero efectiva los tropos del pop rápido más guitarrero e inmediato (“Migajas”). Por tanto, y desde este mismo contexto, deducimos que ese progresivo “Todo va a cambiar a mejor” que escuchamos a modo de mantra desde la mitad hasta la conclusión de “No Tengas Miedo” no es precisamente casual y reafirma desde el comienzo del disco la necesidad de los miembros de Apartamentos Acapulco por auto-convencerse los unos a los otros de que éste y no otro es el momento de comenzar a caminar en la dirección que su instinto les marca.

Aprovechando esta recién estrenada dosis de seguridad en sí mismos, la banda decide entregarnos con “El Primero” uno de los temas más rupturistas de su nuevo repertorio, combinando guitarras de tinte 90s, coros de surf-rock y cajas de ritmo con un mínimo empleo del auto-tune (sin generar rechazo, con elegancia y consientes de que menos es más). Un halo de juventud y frescura que se propaga y se reafirma con el storytelling de “La Persiana” (“Se me olvida ir a clase, llevo meses sin aparecer”, mencionan entre atisbos de añorada juventud y romance pubescente) para poco después recalar en lugares más comunes de su discurso, como la planetística “Dos Días Contigo” (fuerte deudora del sonido de su tierra) o “Ya No Tengo Palabras” (donde directamente tiran la casa por la ventana a pura distorsión, opacando su cara más noise con la siempre brillante voz de Angelina, que se salda varios capítulos para enmarcar).

En palabras de sus responsables, “La Reconciliación” es una particular epifanía con la que la banda ha comenzado a escucharse más a sí misma en lugar de a esas voces sobrevenidas del ruido externo, distraído, cambiante y confuso. El resultado es un disco que irradia esperanza hasta en sus tramos más oscuros (“El Término Medio”), borra cualquier atisbo de dudas con su tono más franco (“Nuestro Mejor Momento”), y nos sonríe desde la portada, abrazando con sencillez ese tipo de felicidad que no requiere de grandes alharacas para ser descrita.