El salto entre la primera etapa de Delorean y la que marcó el binomio “Ayrton Senna”–“Subiza” fue tan grande que, inconscientemente, toda evolución posterior estaba condenada a parecer menor. Así ocurre en “Apar”, donde emergen las estructuras de corte abiertamente pop, aun sin mediar una ruptura radical. Puede que estemos simplemente ante un disco de transición, pero en el aquí y ahora de los de Zarautz lo que manda es un lenguaje propio, capaz de evocar aquellas referencias que siempre han estado ahí (New Order, Cocteau Twins, Prefab Sprout e incluso Enya, por citar las más recurrentes), pero también de trazar su propio camino. Frente al ejercicio de estilo que dominaba su pasado reciente, este álbum muestra una equilibrada diversidad (a ello contribuyen también las voces de Cameron Mesirow -Glasser-, Erika Spring -Au Revoir Simone- y Caroline Polachek -Chairlift-), sin perder de vista las señas de identidad de un sonido que continúa siendo perfectamente reconocible, ahora en versión vidriosa: hay guiños al hedonismo, aunque sea desde la melancolía (“Spirit”, “Still You” o la enorme “Destitute Time”), teclados acolchados, coros baleáricos, chillwave renacida y una amplificada capacidad para la evasión emocional (“Walk High”, “Your Face”, “Dominion”). Un trabajo, en definitiva, sin el eufórico impacto de “Subiza”, pero con un magnetismo de muy largo alcance.
Cada disco que pasa más aburridos y faltos de personalidad. Desde Into the Plateau son un auténtico peñazo.