Desde que Brooklyn dejó de ser un sitio peligroso, Antibalas se erigieron como uno de esos actos que le dio credibilidad a la escena local. Lejos del indie que hizo que se ponga el foco en ese distrito neoyorquino a comienzos de siglo, Antibalas son el emblema local (¿y nacional?) del afrobeat. Su sesión de metales fue y es la favorita de muchos artistas prestigiosos y así forjaron un buen puñado de colaboraciones rutilantes (TV On The Radio, Angelique Kidjo, Public Enemy, Medeski, Martin & Wood y un largo etcétera) y han editado sus discos por sellos vanguardistas como Anti, Ropeadope, y Ninja Tune.
"Fu Chronicles" es el octavo álbum del colectivo fundado por Martín Perna y liderado en escena por el carismático cantante y percusionista criado en Nigeria, Amayo. Festejando su aniversario número veinte, la banda sigue firme en su terreno. A lo largo de seis mántricos manifiestos desarrollan con maestría los preceptos encarnados en primera instancia por Fela Kuti y Tony Allen, los padres del afrobeat, en la Nigeria de los setenta. Pero ¿qué hace de Antibalas un grupo fetiche? Una de las razones fundamentales es el audio de sus discos, siempre destacable, y también el hecho de que sean eximios hacedores de clímax: en sus (súper) extensos desarrollos instrumentales nunca falta dinámica y atractivo y a pesar de que se atraviesan varios pasajes de psicodelia en este disco, nunca nada sale de control. La temática de las letras, ejecutadas en forma de plegarias de pregunta-respuesta, refiere a la filosofía de las artes marciales –tema recurrente para Amayo, a quien Perna conoció en un dojo de Brooklyn– y también a temas más terrenales (literalmente) como la gentrificación de los barrios neoyorquinos.
En definitiva, "Fu Chronicles" no te dejará con la boca abierta, pero si le pones la suficiente atención (y volumen) tiene buenas posibilidades de llevarte “de viaje”.
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