Anna Calvi bien pudo alcanzar su mejor momento –tanto creativo como de popularidad– con el que fue su tercer álbum, “Hunter” (Domino, 18). Publicado hace ahora año y medio, el lanzamiento confirmaba de manera definitiva un estatus que ya venía insinuado desde ese debut homónimo de 2011. Puede que precisamente el éxito de ese disco haya empujado a la británica a lanzar “Hunted”, en el que revisa un total de siete de los temas incluidos en aquel trabajo, reclutando para ello a un (a priori) deslumbrante cartel de colaboradores. Una lista que incluye a otras féminas de fuerte personalidad que (de un modo u otro) juegan en una liga similar a la de la londinense, caso de Julia Holter, la australiana Courtney Barnett y Charlotte Gainsbourg, además de a unos Idles claramente al alza.
Este tipo de producto siempre genera dudas razonables acerca de su necesidad o interés real, y puede que la respuesta final caiga de uno u otro lado dependiendo de la propia forma de afrontar el mismo. De este modo, “Hunted” puede (y debe) entenderse como un apéndice de la obra original. Un añadido de aquella para colocar en la sección de curiosidades, además de un artículo atractivo para los seguidores acérrimos de la vocalista. En realidad es así como conviene interpretar el invento, porque si se asume la referencia como obra con sentido y peso propio, entonces el asunto flaquea y su justificación queda cuestionada. En realidad el contenido tampoco difiere sustancialmente del inicial, ni aporta demasiado con respecto a aquél. Si acaso, las piezas tienden a manejarse en un ritmo más lento, reflexivo e introspectivo, en un efecto que también conquista el aspecto global del mismo alejándose así ligeramente (más en forma que en fondo) de esa rabia explícita de “Hunter”.
Tampoco las contribuciones de las mencionadas artistas parecen alcanzar las expectativas, quedando lejos del hito que prometían e incluso, en algún caso, situándose poco menos que como anécdotas que añadir al currículum. Está claro que el presente álbum mantiene, con respecto a su antecesor, el impacto de unos temas mayúsculos, férreos y directos a la yugular como “Swimming Pool”, “Don't Beat The Girl Out Of My Boy”, “Indies Or Paradise”, “Eden” o el propio “Hunted”, perfectamente interpretados en base a una seguridad de lo más convincente. Pero ese era un logro ya conseguido y, por lo demás, tampoco parece que este trabajo sume ostensiblemente al trazado (por otro lado incuestionable) que seguido hasta ahora por Anna Calvi.
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