Lejos queda ya esa breve referencia grabada en una (imagino) cálida mañana de junio de 2015 bautizada “Not in the mood to learn how to properly use a 4-track recorder”, posiblemente el mejor título para un proyecto lo-fi con letras emo pospúberes. Seis años después, Julen Izkue sigue chachareando y explorando las posibilidades del DIY bajo el nombre de Anlaki. El resultado es el presente “Radio Tower”.
El personalísimo proyecto con ecos a los noventas -de Elliott Smith a Pavement- de este joven navarro llegó a oídos de la buena gente de Beautyfool Records de Barcelona, que decidieron editar sus nuevas canciones en el soporte más auténtico de entonces: el cassette. Repasemos el contenido, una docena de buenas ideas envueltas en un sonido austero. A destacar, el primer corte, el que da nombre al disco. Arranca de manera destartalada, como el mítico “Loser” de Beck, para luego convertirse en una breve -solo un minuto- pero funcional pieza de emo pop con voces edulcoradas en la onda de los actuales Oso Oso, una banda que curiosamente también nació como un proyecto personal. Algo más convencional es “Longo Mai”, una preciosa pieza de tres minutos con guitarras limpias, una base ritmos y detalles preciosistas como ese xilófono que encajaría de maravilla en las primeras grabaciones de Mark Oliver Everett (Eels). La pausa y la profundidad se apoderan de “Not Even High”, un corte que explota con un solo de guitarra distorsionadísimo de la escuela J. Mascis, una influencia evidente también en otros cortes como ‘Pippermint Train’.
Aquí encontramos muchos himnos en potencia, premeditadamente inacabados o destripados en algunos casos para no caer en terrenos comunes. Un buen ejemplo es “Radio Tower II”, perfecto en el planteamiento y embrutecido al máximo para los que sepan apreciar las melodías sinceras y el ruido con sentido.
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