Tras el intenso flechazo vivido con “Burn Your Fire For No Witness” (14), dudaba si podría llegar a sentir algo parecido por “My Woman” (16). Pero nada más escuchar los primeros versos de “Intern”, canción que abre el cuarto disco de la cantautora de Missouri, cualquier incertidumbre se fue al garete. Angel Olsen regresa igual de intensa, real, magnética y poderosa que en su anterior disco, aunque para esta vez su más íntimo y lo-fi folk se haya dejado seducir por ciertos aires rockeros, como bien apuntaba el single “Shut Up Kiss Me”.
Más allá de estos cambios, son los ritmos downtempo, la fragilidad y fuerza de su voz, las potentes reflexiones que hace sobre su condición como mujer y la facilidad con la que se desnuda frente a nuestros oídos lo que hace de Angel Olsen una de las artistas más auténticas e interesantes de la escena folk rock, a medio camino entre la robusta Courtney Barnett y la vigorosa Sharon Van Etten. Y entre tanta coba, olvidaba compartir los versos culpables de mi instantáneo asombro por este disco: “I just want to be alive, make something real”. Cuando, más allá de quererlo, Angel Olsen lo consigue.
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