Cercada por los cuarenta, la de Frisco sigue en sus trece. Decidida a perpetuar el acomodado leit-motiv sonoro que hizo de “Celebrity Skin” (Geffen, 98) un insulso manual punk para todos los públicos del prime-time, la cantante, actriz y guitarrista entrega un álbum que, no obstante, supera a su predecesor gracias a una tacada de canciones incontestables: “Sunset Strip”, “Hello”, “Zeplin Song”, “Mono”, “But Julian, I’m A Little Bit Older Than You”… no hay duda, las baladas pierden.
Canciones que Courtney Love aprovecha para poner en relación su hábitat natural –los shows televisivos, las páginas de sociedad, las portadas, ávidas de pezón, de las revistas musicales del Reino Unido– con su creación favorita: Courtney Love. Sigue cantando como un puma enjaulado, y poner en duda su irremediable magnetismo se antoja prevaricación alevosa; pero la moralina que se intuye entre muchas de las líneas y la manifiesta consagración a la épica de sí misma que propone hacen desear una vuelta a las esencias de “Live Trough This” (City Slang, 94), el disco que, con el tiempo y haciendo honor al contradictorio carácter de su protagonista, se ha convertido en su mejor aliado y en su peor enemigo.
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