The Fear Of Standing Still
DiscosAmerican Aquarium

The Fear Of Standing Still

7 / 10
Don Disturbios — 17-09-2024
Empresa — Losing Side records
Género — Alt-Country / Americana

Hay ocasiones -pocas- en las que los propios artistas le dan a los críticos un pase a gol de esos que solo hay que acariciar para que el balón bese la red. En este caso la asistencia la encontramos en unos versos de la canción “Southern Roots” que dicen: “No puedes cambiar la forma en que suenas, solo puedes cambiar las palabras que eliges, así que me estoy esforzando, estoy cavando en la tierra, estoy replantando mis raíces sureñas”. Está claro cómo el agua ¿no?

“The Fear Of Standing Still” es el décimo trabajo con canciones propias de American Aquarium. Proyecto liderado por BJ Barham que nos ofrece  justamente lo que nos escribe su autor: Un aguerrido country-rock de sonido clásico y tono confesional, marca de la casa, que se viene repitiendo a lo largo de sus álbumes. Sonido inevitable que no se puede cambiar, pero que sí ahonda en la profundas raíces sureñas del bardo de Carolina del Norte. Ese cavar en la tierra al que hace referencia para el que se ha vuelto a valer de Shooter Jennings a la producción (ya trabajó con él en Lamentations (20) uno de sus mejores trabajos), más una banda de sospechosos habituales que incluye al guitarrista Shane Boeker, a Neil Jones a la pedal steel, Rhett Huffman al teclado, Ryan Van Fleet a la batería y Alden Hedges al bajo.

Juntos han logrado que “The Fear Of Standing Still” suene a disco de banda hecha, muy hecha. Y es posible que lo único que se le pueda reprochar al disco sea precisamente esa imposibilidad de cambio. Ese sonido que de tan inevitable se torna previsible. Justo por ello cabe escarbar en las letras. Es ahí donde “The Fear Of Standing Still”, al igual que gran parte de la obra de Barham, nos ofrece algo diferente. Da igual que el envoltorio sea más furioso a la manera de Drive-By Truckers (“Crier”) o más baladístico y delicado (“The Fear Of Standing Still”). El hecho diferencial lo encontrarás en una forma de escribir que no rehuye temas como la masculinidad tóxica, el derecho al aborto o lo complejo que puede resultar sentirse del sur de los Estados Unidos cuando uno se sitúa en las antípodas de los valores simplificados en la figura de los collejas coloradas. Valores y vivencias personales que expuestas en forma de canión, pueden ayudar a la gente en esa búsqueda constante de respuestas que la misma vida nos plantea. Y es ahí donde reside el principal valor de esta obra, más allá del evidente inmobilismo que en cierta medida también la atenaza.

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