Cuando se nos mueren los amores
DiscosAmaia Miranda

Cuando se nos mueren los amores

8 / 10
Alejandro Caballero Serrano — 12-04-2022
Empresa — Vida Records
Género — Folk

A veces se nos olvida que no hace falta agrandar las canciones para que emocionen y suenen bien. Esto que en la actualidad parece tan complicado por culpa de la inmensurable cantidad de géneros, es lo que ha logrado hacer Amaia Miranda con “Cuando se nos mueren los amores” (Vida Records, 22).

Acompañada de su guitarra, la joven bilbaína va abriéndose en canal en cada una de las pistas con las que, gracias a su voz tan cálida, nos logra ir calentando poco a poco el corazoncito. Se mueve como pez en el agua dentro del folk y crea una secuencia de piezas en las que logra embelesarte con sus hipnóticos ritmos y su dulce melodía.

Podríamos decir que escuchar el disco es como situarse dentro del diario personal de Amaia, en el que nos va explicando aquellas dudas y preocupaciones que va teniendo en su día a día, representada en la canción homónima al título del disco, y una de las mejores de la referencia. Y, aunque la mayoría de las composiciones se encuentran en un tono muy pausado e incluso melancólico, lo cierto es que la segunda mitad del álbum es más animada… hasta llegar a “Canto”. En el último tema se desnuda por completo y nos explica como ha dado el paso de tocar la guitarra para otros artistas a atreverse a coger el micrófono y situarse en primera línea.

A la valentía de enfrentarse a este ejercicio de desnudez, se suma la de incluir piezas en otros idiomas dentro de su debut. La primera con la que nos encontramos es “Free soul girls”, que hace que los pies se nos vayan solos con ese ritmo tan pegadizo que te hace mover la cabeza; y tenemos que irnos hacía el final del trabajo para encontrarnos la otra, “Agur esan”. En esta, con un ritmo más calmado, nos traslada a su tierra natal a través del euskera, creando una pieza emocionante que logra traspasar las barreras del idioma.

Pero no le vale con eso, si no que hace algo totalmente insólito para aquellos artistas “número 1” en la actualidad: dejar dos canciones sin voz. “Nanita” y “Atlas” se encuentran en la mitad de la referencia para meternos de lleno en su universo. En la primera nos trata de calmar con esa guitarra y ese leve tarareo, mientras que la segunda no deja de ser una continuación que gana mucho más peso gracias a la compañía de Eva Fernández y su saxofón.

Amaia Miranda logra con este disco hacerse un hueco entre la música de autor y el folk nacional. Dos géneros que en el 2021 parecen estar totalmente alejados de lo mainstream, pero que son totalmente necesarios para el panorama musical. Y esto es solo el principio de una brillante carrera de esta guitarrista que ha decidido ponerse al frente y comandar su propio barco, estamos expectantes de saber cuál será el siguiente paso de la bilbaína.

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