AM

Arctic Monkeys han resultado ser una banda que madura y evoluciona a pasos anormalmente agigantados, evitando contemplar la necesidad de mantenerse estáticos ante esos parámetros que propiciaron su éxito inicial. La explosiva mezcla de inquietud juvenil, personalidad, inmenso talento y experiencia ha propiciando el insultante recorrido de una discografía que alcanza su quinta entrega en poco más de siete años. Los de Sheffield se confirman (de nuevo) como la banda más solvente, inteligente e inspirada de la escena a la hora de facturar tradicional rock británico actualizado con descomunal consistencia. “AM” es un álbum con aires iniciales de clásico reafirmados exponencialmente a cada nueva escucha, donde el descaro y la profundidad interpretativa de Alex Turner lucen con tal convicción y alcance que abarca con naturalidad el amplio espacio extendido desde Scott Walker a Richard Ashcroft. El estudiado pero ágil acompañamiento del resto de la banda completa una ecuación que, en esta ocasión, apunta a la amplia presencia de medios tiempos (“Do I Wanna Know?”, “Fireside”, “Why'd You Only Call Me When You’re High?”) sustituyendo en protagonismo a la agresiva presencia de guitarras y singles extremadamente verticales. Una apuesta por el peso del conjunto que muestra al cuarteto complicado e inquieto, firmando diferentes cambios de ritmo que incluyen piezas endurecidas ("Arabella", “R U Mine?”), instantes relajados (“No. 1 Party Anthem”, “I Wanna Be Yours”) y momentos de elegancia extrema ("Mad Sounds", “One For The Road”). Un álbum monumental que invita a la lenta degustación para saborear en todo su esplendor las múltiples virtudes vertidas por una formación que, a estas alturas, luce ya como incontestable clásico moderno.