Ya va siendo hora de que a Brendan Benson no sólo le acompañen las buenas críticas. Y es que son ya muchos los que le están pasando la mano sin una discografía de su calibre, tipos sin su clase, su temple o su capacidad para componer excelentes canciones, pero que le ganan en carisma y en ambición. Aunque aún está a tiempo de superarlo y quizás ahora sea el momento para que se haga justicia con él.
En su tercer disco, Benson nos presenta una serie de historias contadas con el alma, que te enganchan por su profundidad y también por su sencillez, siempre dentro de los márgenes del pop tradicional. En esta ocasión guarda una relación directa con el legado de Phil Spector, con ese sonido compacto similar al que el afamado productor imprimía en los trabajos de sus artistas fetiche. Es ese un hecho que se aprecia en “Feel Like Myself” y, sobre todo, la sesentera “The Pledge”. “Spit It Out”, el tema que abre, es el más enérgico del álbum, muy en la onda de las canciones de su debut, “One Mississipi”, aunque la mayoría de temas (“Cold Hands”, “Alternative To Love” o “Biggest Fan”) siguen la pauta más elegante y reposada de su “Lapalco”.
Get a cushion, Brian, sprnitels can be sharp on your bum.These people are dismantling the welfare state, savaging the living conditions of people who are already the worst off in our society, attacking employment rights, privatising the NHS and everything else they can flog off to their friends in the City, and talking blandly about preparing for tax cuts to the wealthy and you think the best thing the trade movement can do is tramp around the West End with placards and slogans.