Laibach no es un grupo al uso. Nacidos en la Eslovenia comunista de los años 80 abanderando la rama musical del movimiento N.S.K. (Neue Slowenische Kunst), este colectivo ha llevado su peculiar forma de entender el sonido industrial a territorios hasta entonces insospechados: exitosas versiones maquineras de Life Is Life o The Final Countdown, reinterpretar el Let It Be de los Beatles o poner banda sonora a la película independiente Iron Sky son algunos ejemplos. No es de extrañar entonces que su influencia traspase fronteras incluso literalmente hablando, pues hace unos meses eran noticia por dar dos polémicos conciertos en Corea del Norte. Nada se les pone por delante y por ello cuando les llegó el encargo de poner banda sonora a la adaptación teatral de la obra de Nietzsche Así habló Zaratustra dirigida por Matjaž Berger para el Anton Podbevšek Theatre (APT) de Novo Mesto (Eslovenia) aceptaron.
Desde las primeras escuchas encontramos la principal similitud con los textos del filósofo alemán: su dificultad a la hora de abordarlo. No es un disco fácil de digerir. A diferencia de los últimos años, Laibach nos ofrece su sonido industrial de una manera más minimalista, más cercano a un sonido ambiental oscuro y tétrico que le sienta como un guante a la perturbadora voz de Milan Fras la cual aparece y desaparece para citar en alemán fragmentos del famoso libro de Nietzsche como "La humanidad es una cuerda atada entre la bestia y el superhombre" o "El silencio es peor: todas las verdades que se mantienen en silencio se convierten en veneno". Ingredientes para crear unas atmósferas sonoras que datan al disco de excesiva –y no apta para oídos impacientes- tenebrosidad, como bien ejemplifica Die Unschuld I o Ein Verkündiger.
Pero sin duda, el gran atractivo de este trabajo se encuentra en la presencia de la RTV Solvenia Symphony Orchestra. Es precisamente la orquesta eslovena la encargada de abrir esta obra con Vor Sonnen-Untergang, una composición que trae a la cabeza el carácter imperial de las obras wagnerianas y la épica cinematográfica de compositores como Hans Zimmer o Steve Jablonsky. Tras esta apertura, la ya mencionada atmósfera industrial protagoniza el cuerpo del álbum hasta los últimos cortes de este, donde de nuevo la orquesta vuelve a introducir los acordes que abrieron el disco pero con la (magnífica) diferencia de que en esta ocasión entra en juego la preciosa voz de Mina Spiler para acoplarse a la perfección con los arreglos orquestales y deleitarnos con unos instantes de una solemne emotividad que pone los pelos de punta y evoca aquellas canciones del Ágætis Byrjun de Sigur Ròs.
En definitiva, Also Sprach Zarathustra poco tiene que ver con una continuación de la anterior referencia del grupo, Spectre (Mute / PIAS, 2014); más bien es una minimalista y tenebrosa desviación de su sonido industrial para abordar una obra tan compleja como Así habló Zaratustra. Una adaptación que no pasará a la historia de la música como la de Strauss –ni lo pretenden- pero sí que formará parte dentro de la lista de peculiaridades de una banda como Laibach, una de las figuras vivas más influyentes de su género. Y sino que se lo digan a Rammstein.
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