A Godspeed You! Black Emperor les ha faltado poco para publicar su cuarto disco el día que los mayas señalaron como el del fin del mundo: habría tenido todo el sentido. Pese a que el término post-rock se ha convertido en proscrito, la amenazadora sinfonía que es “Allelujah! Don't Bend! Ascend!” resuena en los oídos más ajustada que nunca al tiempo que nos toca vivir: violencia, fundamentalismo, caos… Elementos todos ellos que de una forma u otra siempre hemos relacionado con su música y que vuelven a definirla en dos temas río de veinte minutos interpretados por una banda con los ojos inyectados en sangre. Porque su principal diferencia con los GY!BE pretéritos es que hoy el tiempo se ha terminado y con él el espacio para las suites ambientales, los speech robados de grabaciones perdidas, el marear la perdiz. Aquí todo es tendón y músculo. Acción y reacción.
Uno de los grandes discos del año que no aporta nada a la discografía de GYBE!, sin duda.