Como regalo de su cumpleaños, Albany ha publicado “Lágrimas de un G”, una nueva mixtape. La artista cierra el año con un segundo trabajo que sucede a “XXX”, álbum que ya nos introducía a una Albany mucho más metida en el hyperpop más glitch y el universo del videojuego. Ahora, este sonido se radicaliza y se concreta en estos siete nuevos cortes en los que Alba Casas va a machete tanto en letras como en producción.
“Lágrimas de un G” suena mucho más experimental y cruda que sus trabajos anteriores, con canciones que parecen ser el resultado de unas cuantas sesiones intensas de grabación en las que las barras que escupe Albany muchas veces, según la nota de prensa, son improvisadas. El freestyle es un estilo que siempre ha llamado la atención de la autora, y lo cierto es que le queda como un guante, a pesar de que se eche en falta escuchar nuevas temáticas que no solo giren en torno a criticar la fama o destacar los humildes orígenes de Albany. Aún así, la artista sale más que airosa de todas estas canciones, regalándonos perlas a modo de lyrics agresivas y puntiagudas en cada una de ellas.
La mixtape abre con la directa “I Don’t Fuck W Cocaine” (junto a 1digitalwave), en la que Albany mezcla pasado familiar (“Ya salió mi madre de la heroína” o “Tengo daddy issues, ni siquiera sé decirlo”) con pensamientos oscuros (“Estoy a punto de suicidarme y tú sigues escuchando mi mixtape”). Pero ella sabe cómo restar intensidad y drama con un poquito de humor: “Mira cuántos problemas, parece la cuesta de enero”. Le sucede “Thor” (junto a Clutchill), en la que ambos se ponen en modo Travis Scott para, precisamente, improvisar mientras se montan en uno de los beats más machacones del trabajo (“Quién lo diría que esto es freestyle”).
La Albany es la única que puede ponerse sucia y cursi en una misma canción, como es el caso de “Scort”, en la que escuchamos desde “quiero que se me corra en la cara” hasta “todavía no me he declarado y ya lo sabe la gente”. 1digitalwave vuelve a estar presente en “Esternocleidomastoideo”, uno de sus títulos más largos y más breves en duración. En solo minuto y medio Albany demuestra quién es la reina del trap en España de una forma firme y delirante: “Me como a los raperos de postre después de los fideos”. A partir de aquí, el nivel de agresividad a nivel sonido y letra va in crescendo, pasando primero por “Rasputin” y alcanzando su culmen, por fin, en la joya de la mixtape: “Lil Baby Albany”. Es aquí donde Albany saca sus mejores cartas, construyendo una canción en la que la emoción está más presente en un rap lleno de referencias a sus orígenes de barrio y pobreza, y su familia. Ella reflexiona sobre el lugar humilde del que viene y el trabajo que le ha costado llegar a donde está, pero por medio encontramos referencias tan dispares como Pikachu, Rick y Morty, Sylvester Stallone o su amiga La Zowi. Albany siendo ella misma en una canción.
Cierra la mixtape “Cadena sin diseño”, una colaboración junto a Aron Piper que deja algo descafeinada la sensación general del trabajo, después de semejante alegato a la meritocracia. En cualquier caso, si bien “Lágrimas de un G” no es la obra maestra de Albany, sí funciona como demostración (una vez más) del talento y honestidad de una artista que se merienda a todo lo que se le ponga por delante.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.