Alain Johannes es quizá el músico más tapado que surgió de la nación alternativa de finales de los ochenta. Su llamativo y nutrido bagaje lo encumbró como un profesional con un culto de seguidores fieles, pero sobre todo con el respeto eterno de sus colegas. Más allá de que los nombres con los que ha interactuado durante sus años de carrera puedan quitar el hipo (Queens Of The Stone Age, PJ Harvey, Chris Cornell, Them Crooked Vultures y un enorme etcétera como músico de gira y sesión, productor, arreglista y compositor) el tipo demuestra lo que tiene en sus discos solistas y así lo hace una vez más en “Hum”.
En esta colección de pistas Johannes nuevamente desnuda su alma y traduce en diez dosis de acústica fluctuante sus conexiones mente-corazón, dejando la sensación de que el músculo latente es quien lidera las decisiones convertidas en canciones. Con un background pesado y oscuro (múltiples y trágicas pérdidas personales, enfermedades serias) “Hum” exorciza las energías y logra dar luz, cierto tipo de esperanza aflora de estos temas nacidos del dolor.
Si bien Alain Johannes es un músico que usualmente se puede ganar la vida con trabajos por encargo, no cabe duda que su música es básicamente sentimental. Lo interesante es descubrir la forma en la que el hombre, poseedor de un dominio instrumental mayor y una voz cristalina y poderosa, decodifica esos sentimientos en sonidos. Para ello se nutre de su inmensa colección de instrumentos exóticos, lo que logra acentuar las vivencias que transmite, dejando al oyente parado con facilidad donde él quiere dejarlo.
El saber no ocupa lugar, dicen, y en el caso de Alain Johannes también le posibilita diferenciarse de otros cantautores, generando que su música tenga un vuelo especial. Canciones como “Free” (con su arpegio milimétrico con un tipo de guitarra de luthier llamada Cigar Box) o “Hallowed Bones” y “Finis” (en las que usa sarangi, instrumento indio de cuerdas flotantes, banjo con arco y guitarra portuguesa) no sonarían ni parecidas con una instrumentación clásica occidental; su mensaje quedaría truncado. En el correr del disco también se evidencia la forma cinematográfica de componer que caracteriza al chileno y que toma alto vuelo en la sencilla y transparente “Someone”, la chamánica “If Morning Comes” y la polvorienta “Sealed”.
“Hum” se presenta como una radiografía fiel de quién es Johannes en 2020, y en su música se nota a las claras que el bagaje emocional adquirido en una vida cargada de eventos inspiradores, tiene mucho que expresar. Y eso es algo que el oyente agradecerá.
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