El debut –en el icónico sello inglés Mute de Daniel Miller– de Aitor Etxebarria no podía ser cualquier cosa. En absoluto. De hecho, este “Nihilism Part 1” es, quizá, la colección de canciones –casi solo instrumentales– más inquietante, conceptual y proscrita del músico bizkaino, hasta el momento. Desde su propia reclamación de silencio, para poder ser disfrutado en plenitud, los nueve pasajes que contiene y se nos entregan, nos sumergen en su visión –desnuda, lúgubre y sencilla– de un rock con ínfulas artísticas que, además, cuenta cosas, sus propias historias. Y en esta empresa, la guitarra de Hannot Mintegia y la suave voz de Elena Setién, concretamente en la íntima, bella y muy melancólica “Little Too Soon”, ayudan mucho. Pero es, quizá, en cortes como “Vacant” –a piano y con esos silencios que lo son todo–; la cruda, nickcavera y asilvestrada “Awakening To Archaic Values” –que en directo suena como una explosión no controlada– o “Untitled 1” con esa mixtura discursiva improvisada entre jazz y drone, la que nos acercan al verdadero nivel del nuevo trabajo de este extraordinario artista. Y claro, mención especial para “Eterno retorno” y su aspereza natural y, hasta felizmente, dañina. En fin, un disco diferente por intenso, a la par que obsesivo y selecto, del que nadie saldrá indemne y que sitúa al de Gernika en dónde merece. Justo en ese lugar en dónde todos los demás sueñan con estar alguna vez.
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