“Son Of A Thousand Sounds” es un episodio más de un viaje sonoro y vital que sigue su camino, tras diez años de andadura como AFFKT. En este nuevo álbum -que publica su sello Sincopat y ha sido creado y producido en su estudio Pobla- nos topamos con un productor en estado de madurez adelantada, con un artista que ama la música por encima de todas las cosas y que se muestra al mundo tal y como es: sin ridículos postureos, kilos de confetti o falsos aparatajes. Estamos ante un magnífico y ecléctico disco (house, techno, IDM y dowtempo) bailable cuando toca serlo; melódico, pop, dinámico y emocionante, pero también introspectivo, taciturno y enmarañado cuando le da gana. Es lo que tiene dominar con maestría los palos, los ritmos y los tiempos. Curiosamente es su larga duración menos electrónico -en lo que afecta a su alma y concepto- y tiene en sobresalientes temas (“Dreamback”, “Flashcrash”, “San Diego”...) sus pasajes más alicatados y redondos que, además, lo son de la mejor electrónica parida, por estos lares, en los últimos tiempos.
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