Anunciaron cambios drásticos y, a primera vista, no se han adivinado tan extremas variaciones. Y más si tenemos en cuenta que estamos ante una banda de enorme personalidad, con unas características muy definidas y con un líder de indudable presencia y una voz que todo lo impregna.
A decir verdad, en este disco de consagración definitiva de Muse, se vislumbra el equilibrio que la banda precisaba, funcionando a la perfección como puente entre “Showbiz” y “The Origin Of Simetry”. La electricidad y el punch de su disco de debut contrastaba con el barroquismo y el irritante histrionismo de su continuación. En “Absolution”, Muse mantienen intacto su exacerbado dramatismo, pero aquí todo se desarrolla de una forma más comedida y controlada, a pesar de que, a las primeras de cambio, nos encontremos con canciones como “Apocalypse Please”, tan pomposa y entusiasta como las de antaño (“Stockholm Syndrome”, el primer single también sigue esa línea). Time Is Running Out” (infecciosa, llamativa y estimulante entradilla) o “Butterflies And Hurricanes” podrían ser un botón de muestra de las nuevas corrientes con las que Muse alcanzan a trabajar, mientras que “Sing For Absolution” y “Falling Away From You” piden paso nuevamente, aunque con moderación, como temas más cercanos a “OK Computer”.
Con “Hysteria” y “The Small Print” retoman la furia y el desparrame total e incontrolado de vatios; “Blackout” es absolutamente enigmática; la conjunción entre pianos y platillos de “Endlessly” es una delicia al alcance de pocos, por no hablar del estribillo de “Thoughts Of A Dying Atheist”, tan antológico como los de los hits de “Showbiz”. Si el tercero, por regla general, es el disco de la confirmación, en este caso lo que más importa es que “Absolution” es, por encima de todo, el disco que esperábamos de Muse.
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