The Waterboys fueron grandes (sí, durante un tiempo lo fueron) por su capacidad para interpretar baladas telúricas (“This Is The Sea” o la maravillosa “The Whole Of The Moon”) y combinarlas con intimistas piezas de influencia celta (“Fisherman´s Blues”). Y se empequeñecieron cuando Mike Scott, como en tantos otros casos, no supo envejecer y inició una trayectoria compositiva errática, concluida con dos anodinas (hay quien las llama introspectivas) grabaciones en solitario.
Siete años después de la disolución de los Chicos Acuáticos, el trovador escocés ha reencontrado su senda y ha reunido a parte de la banda original para este nuevo trabajo. “A Rock In The Weary Land” es un trabajo de rock maduro, a años luz de influencias celtas y con la épica justa, y sorprendentemente actual, incorporando efectos y atmósferas sampleadas a las características melodías de los Waterboys. Hay un cierto tufillo -juraría que no buscado- a U2, pero aún así canciones como “My Love Is My Rock”, “It´s All Gone” o “The Wind In The Wires” tienen empaque suficiente para aparecer en la antología de una de las bandas de rock que más opiniones encontradas suscitó en su momento.
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