El universo alucinado del ex-The Modern Lovers
Jonathan Richman toma cuerpo (más si cabe) en esta edición de Munster
que recoge varias de sus últimas creaciones en idiomas diferentes al
suyo materno. Castellano, francés e italiano se agolpan, nunca mejor
dicho, en lo más cercano al romancero-en-chanclas que haya estado nunca
un peregrino que no conoce esa traba tan contemporánea de los complejos. Y
es que ya quisieran muchos discos de los mal llamados serios la
profundidad y enjundia de los dardos que Richman deja esparcidos entre
quien se deje atrapar por esta celebración, muy mediterránea, de la
vida misma, soleada y lluviosa al mismo tiempo, irónica rumba demente
con un manejo de lenguas ajenas superior -digámoslo porque es de
justicia- al que tiene de la propia el españolito medio. Y es que,
valioso paraguas para desamores y días torcidos, las canciones aquí
comprendidas vienen de la mano de un trovador de Massachusetts que mira
a los chuzos de punta a la cara y ha sabido escoger un camino
difícilmente imaginable hace cuarenta años. Escuchen al valiente.
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