La presente entrega es la tercera que suma en su haber el autor y letrista CP Fletcher, quien, al frente de A Permanent Shadow, continúa ofertando sólidas muestras de new-wave, post-punk o indie-pop convenientemente oscurecido. “No Leaf Cover” presenta, en cualquier caso, ciertas novedades palpables con respecto al que fuese su debut, “Songs Of Loss” (Auto, 19) y, sobre todo, “Humdrum” (Auto, 22), entrega previa del músico afincado desde hace tiempo en Barcelona que vio la luz hace ahora justo dos años.
Por un lado, en una temática argumental que apunta al cuestionable estado de la sociedad actual y, junto a unas poco halagüeñas perspectivas, marcan el hilo argumental de “No Leaf Clover”, apuntando sin tapujos a temas delicados como relaciones tóxicas, abuso infantil, hastío vital, elementos nocivos o tendencias suicidas y demás turbaciones. Sucede, además, que las guitarras electrificadas resultan, en esta ocasión, adelantadas sin disimulo hasta un primer plano de la secuencia, mientras el halo de electrónica (anteriormente usado sin tapujos) pasa a elemento secundario y queda reservado como pieza cohesionadora en las propias canciones.
El resultado es un elepé ligeramente más luminoso y, sobre todo, menos hermético; tanto como incómodo y exacerbado si se atiende a la lírica que lo guía. Un total de once componen la obra en cuestión, mientras en la cadena (y dependiendo del corte en cuestión) cabe focalizar referentes como Editors, David Bowie, Moby, White Lies, Future Islands, Queens Of The Stone Age, James, Nine Inch Nails o LCD Soundsystem. Una medida real de la variedad (lógica y con sentido) que salpica “No Leaf Clover”, que cuenta con destacadas llamadas de atención del tipo de “Brother”, “I Hate Myself”, “Money To Burn”, la propia “No Leaf Clover” o “The Wait”.
CP Fletcher y su colectivo ya habían dejado muestras de su buen hacer cuando de moverse dentro de sus preferencias más acusadas se trataba, a lo largo y ancho de las mencionadas referencias previas de A Permanent Shadow. Ahora, con el ambicioso “No Leaf Clover” –sito entre la rabia y la llamada a la acción y el desasosiego y la rendición– vuelven a ofertar un sonido compacto y bien parecido, con el que levantan, a golpe de composición igualmente sin fisuras, un álbum tan inquietante como bien arreglado y convincente.
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