Catorce años son muchos. Es el tiempo que ha transcurrido entre "Emotive", aquel extraño y singular disco con versiones y discurso político, y "Eat The Elephant", el disco que llevaban años prometiendo y que alivia a quienes descubrieron una nueva forma de escuchar música con "Mer de Mons" o posteriormente "Thirteenth Step", un disco en el que perfeccionaban la fórmula y echaban mano de un sonido más delicado y elegante.
Desde luego, el sonido de A Perfect Circle sigue siendo identificable, por mucho que en esta ocasión hayan incluido más pianos, haya decrecido la intensidad y tomen más curvas de lo habitual, sin dejar entrever un concepto tan concreto como hasta ahora. "Eat The Elephant" no es mejor ni peor que sus predecesores, sino simplemente diferente. A lo largo de su minutaje reinan las melodías escritas por un Billy Howerdel que sigue ejerciendo de líder espiritual y la magnética voz de Maynard James Keenan, quien demuestra una vez más que no quedan cantantes como él, con tanta pureza y personalidad.
En cuanto a las canciones, hay mucho a destacar, desde Disillusioned a la intensa y teatral The Doomed, piezas que les colocan en paralelo a Tool. También sorprende encontrarse con la pieza más comercial que hayan grabado nunca, So Long And Thanks For The Fish, o ese epílogo que es Get The Lead Out, un corte en el que experimentan sin lógica aparente, quedándose a dos pasos de la meta y dejando algunas preguntas sin respuesta de cara al futuro.
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