A l’Origine

A Benjamin Biolay le empezamos a conocer mejor, lo cual no deja de ser un contrasentido dada la proximidad de la Galia, aunque ya se sabe que la barrera natural de los Pirineos siempre ha sido algo más que un simple accidente geográfico. Sin embargo, ahora estamos seguros de que es capaz de lo sublime (sus dos primeros discos en solitario lo son) pero también de protagonizar momentos indignos a su calidad, como la actuación en el Primavera Sound del año pasado. Borracheras aparte, Benjamin Biolay nos presenta en este tercer disco (no tendré en cuenta “Home” perpetrado a medias con su pareja Chiara Mastroianni y, a mi parecer, una obra menor) un ligero, pero interesante cambio de planteamientos. Sigue pulsando emociones; sigue jugando a ser sutil, sensible, elegante y continua caracoleando con ese francés susurrado que tanto nos gusta, pese a no tener ni pajolera idea de lo que dice, sólo que a la vez, ha añadido pinceladas más duras, incluso guitarreras, a un álbum de canciones que carece de la unidad que caracterizó sus dos primeras obras. Es por ello que se muestra más desigual que éstas y que el listón no se mantiene todo el rato en alto. Eso sí, por joyitas como “A l’Origine”, “Ma Chair Est Tendre”, “L’Historie D’un Darçon” o “Me Voilà Bien” ya vale y mucho la pena.