Frente a las oleadas de bandas provenientes de un territorio concreto y etiquetables de un modo similar (grunge, post-punk, rock bailable, etcétera, podrían servirnos como ejemplos) los aficionados solemos cometer dos errores consecutivos. En primer lugar, nos pasamos unas semanas con los ojos como platos y las orejas abiertas tragándonos absolutamente todo.
En segundo, consideramos que ya no habrá más que rascar y pasamos a ignorar (cuando somos benévolos) o a vapulear (cuando lo somos menos) a cualquier nueva formación de parecidas características. Y así se le pasan a algunos grandes canciones como algunas de las que presentan The Wombats. Estos tres jovencitos de Liverpool saben desenvolverse con el pop de guitarras con desparpajo, estribillos efectivos y algunas piezas que deberán funcionar ya en las pistas indies. Los japoneses fueron los primeros en verlo, publicándoles casi todas estas canciones como “Girls, Boys And Marsupials”, pieza que abre este debut europeo recordándonos que The Futureheads volvieron a poner de moda los juegos de voces y los a capella en el indie pop. Y ya que estamos con los de Sunderland, su nombre es uno más de los que componen el abanico de influencias de estos chicos, pero hay más. The Wombats tan pronto juegan a ser los primeros Ash como recuperan el indie estadounidense marcando el acento, como si fuesen unos The Thermals de las islas. A la fiesta también están invitados Weezer, Superchunk y muchos otros. Seguro que, por lo menos, cuando suenen “Kill The Director”, “Moving To New York”, “Backfire At The Disco” o “Let’s Dance To Joy Division” hasta el rancio de Rivers Cuomo pasará un buen rato.
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