El sexto trabajo de estudio de los norteamericanos A Day To Remember, “Bad Vibrations”, nos devuelve a los reyes del easycore [ese hijo bastardo del punk pop y el metalcore] en su versión más dura y, sobre todo, inspirada. La banda de Florida, según ha reconocido el propio Jeremy McKinnon, se encontraba en una línea autocomplaciente, comodona, con un par de discos irregulares, y esas derivas no suelen traer nada bueno.
Para salir literalmente de su zona de confort, el cantante y el resto de miembros decidieron marchar lejos de casa y encerrarse durante semanas en una cabaña perdida en el corazón de las montañas del Colorado, sin distracciones, con todos los miembros implicados en el proceso compositivo, con los cinco sentidos, como en sus inicios, cuando revolucionaron el metalcore con el explosivo “For Those Who Have Heart”, hace ya casi 10 años.
La ubicación de la cabaña tiene una explicación, con nombres y apellidos: trabajarían por primera vez con Bill Stevenson (All, Descendents, Black Flag) y su socio, Jason Livermore (Rise Against, NOFX, Berri Txarrak), quienes se encargaron de apretar bien las tuercas a la banda en The Blasting Room. Y vaya si lo consiguieron estas dos instituciones del hardcore y el punk rock. En este trabajo, el primero para Epitaph, el quinteto exhibe músculo como hacía años, con un arranque apabullante, el formado por las potentes “Bad Vibrations” y “Paranoia”, y hasta se atreven a introducir guitarrones djent en cortes como “Exposed”. Y todo esto con un McKinnon espectacular en todos los registros y un buen surtido de breakdowns marca de la casa, especialmente sorprendentes en la preciosa “Reassemble” y la épica “Justified”, dos piezas con arreglos de cuerda.
A Day To Remember ponen el broche a tanta mala leche y rabia con la sentida “Forgive And Forget”, un muy buen título para un disco que pretende expulsar las malas vibraciones y empezar de cero. Objetivo cumplido.
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