66
DiscosPaul Weller

66

8 / 10
Raúl Julián — 30-05-2024
Empresa — Capitol Records
Género — Indie pop

A sus 66 años recién cumplidos, Paul Weller disfruta de un momento dulce. En directo lo demostró en septiembre del año pasado con apabullantes conciertos peninsulares y, en cuanto a su versión de estudio se refiere, el de Woking viene ofertando una generosa creatividad que cristaliza en discos de gran nivel. Una época que señala a un artista formalizado en torno a esa bienvenida madurez creativa, con la tranquilidad de quien se ve inspirado y, de paso, no tiene nada que demostrar. Un aspecto extraordinariamente favorecedor para el ex The Jam, que en los últimos años ha remachado títulos tan jugosos como True Meanings(Parlophone, 2018), On Sunset (Polydor, 20) y Fat Pop (Volume 1) (Polydor, 21).

La jugada se repite con (cuando menos) idéntico éxito en “66”, el que es decimoséptimo álbum de estudio de Weller. Un trabajo que apura la faceta más soul del músico, realzando el imponente aspecto clásico de unas canciones a las que las modas ni siquiera osan rozar. La entrega presume de una primera mitad intachable, desde ese trío de ases inicial que enlaza la bonita delicadeza de “Ship Of Fools”, “Flying Fish” –quizá el mejor tema de Weller en años y un estribillo en el que quedarse a vivir– y la eléctrica “Jumble Queen” junto a Noel Gallagher.

Una tacada a la que añadir el single “Nothing” al más puro estilo The Style Council (esencia recuperada por el británico que flota a lo largo de todo el elepé) o arreglos que remiten al mismísimo Burt Bacharach en “Rise Up Singing” y “Woke Up”. La referencia se completa en base a otras piezas que tampoco desentonan en el lienzo, del tipo de “Soul Wandering” (con Bobby Gillespie de Primal Scream), “Sleepy Hollow” o “Burn Out”, ejerciendo como cierre a la altura y en el que aparece Erland Cooper de Erland And The Carnival.

Nadie espera grandes aspavientos en forma de novedades por parte del autor. Casi con toda seguridad que pocos aprobarían giros inesperados en el guion de un artista como él. A cambio, Paul Weller se ratifica (por enésima vez y sobre esa mencionada madurez, orgullosa y asentada) firmando un disco majestuoso y de trazo fino y cuidado, elegantísimo en formas y que apunta a la satisfacción de todas las partes. Una obra que destaca en ejecución, en donde la inconfundible voz de Weller luce espléndida y con poso, pero también en cuanto a labores compositivas se refiere, al sumar otra iluminada serie de canciones destinada a ensanchar la de por sí abultada leyenda de modfather y adornada con portada de Peter Blake.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.