Era la tarea pendiente que les quedaba a estos activistas musicales y sociales. Me refiero a grabar un disco en directo para celebrar esos “1111 Lives” y que reflejara en verdad el torbellino que son encima de un escenario. Se decidieron a grabar (y muy bien) su concierto en la sala A38 de Budapest (Hungría), pero podría haber sido en cualquier otro sitio donde han tocado, Japón, Canadá, Rusia o en una fiesta mayor de Barcelona. Da igual, el acelerador que ponen a sus canciones de estudio, pervirtiéndolas y transformándolas, las convierte en auténticos chutes de energía y en pura comunicación con el público. Aquí hay más de setenta minutos de punky reggae party en versión “non stop music” y que recorren toda su carrera. ¿Sus armas? Guitarras, acordeón, bombo a negras y unas voces que cantan y rapean las bondades e injusticias de este mundo. Como dicen ellos: ¡Qué viva la gente que piensa diferente!
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