10,000 Days

El hecho de tardar cinco años entre entrega y entrega se me antoja en el caso de Tool todo un acierto. Con ello no quiero decir que se necesite un lustro para asimilar su metal retorcido y doliente, aunque casi. Lo que quiero decir es que, de editar una referencia cada dos años, el discurso conceptual y sobre todo musical del grupo se resentiría bastante y hasta correría el riesgo no sólo de agotarse sino de agotarnos a todos.

Y es que el principal problema de “10,000 Days” es cierta sensación de déjà vu, lo cual no quiere decir que sea un mal disco, pero sí que no supera a “Lateralus”, al igual que este no superaba a su obra magna “Aenima”. Los motivos de esta constante erosión cualitativa quizás haya que encontrarlos en lo maniatados que están a su propio discurso, lo que les hace caer en un tic tras otro. En todo caso, esta vez han procurado huir de presentar una obra conceptual y por esa misma razón quizás este sea su disco más variado y a la vez más asequible a cualquier tipo de oído. ¿Unos Tool más domesticados? Sí. ¿Más cercanos que nunca a A Perfect Circle? Sólo hay que fijarse en la forma en la que Maynard aborda los temas para darse cuenta de que es así. ¿El disco más de canciones que han realizado? Afirmativo. Sin embargo, la dispersión que demuestran nos deja una serie de composiciones que nadie podría imaginar en manos de otro, y ese es sin duda su principal valor. Te gusten o no, Tool continúan siendo únicos.