Trío súper-vitaminado

Yawners fijaron en Zamora la última fecha de esa generosa gira motivada por la presentación en directo de ‘Duplo’ (Big Scary Monsters, 22), el que es su segundo álbum de estudio. La primera visita a la ciudad del proyecto liderado por Elena Nieto venía con el patrocinio de San Miguel On Air y, sobre las tablas, quedó concretado en un acertado formato vitaminado, con la propia cantante y guitarrista bien flanqueada por Tomás Rey (al bajo) y Jorge Pesquera (a la batería).

El trío dio empaque a las piezas seleccionadas mientras levantaba con solidez y solvencia ese perfil indisimuladamente noventero que, de paso, resulta ser principal atractivo del asunto. Una fórmula que funciona cuando la autora se decanta por el castellano en temas como “Tu cumpleaños”, la espléndida “La escalera”, “No me digas”, o esa “Suena mejor” que sirvió como cierre, y de algún modo enlaza con otros grupos de nuevo cuño como Menta, Cariño, Camellos o Ginebras. También convence cuando apunta al inglés y remite directamente a Amphetamine Discharge, Dinosaur Jr., Dover, Pixies o Weezer, algo que sucedió en “Seaweed”, “The Fried Song”, “A Funny Laught” o el single “Rivers Cuomo” dedicado al cantante de los propios Weezer.

Una formación solvente y engrasada (a pesar de que el puesto titular en la batería suela ocuparlo Teresa Iñesta), que logró un apreciable sonido, al tiempo de mantener cierto aroma a baja fidelidad (incluso insinuando la filosofía Do It Yourself) con la que ganan dosis adicionales de efecto empático y frescura, en llamativo contraste con aquellas influencias pretéritas que lucen (bien entendidas) en primer plano. Un concierto de apenas cincuenta minutos ejecutado del tirón, en una decisión que potenció el realismo de la velada y también su intensidad en base a un set de apenas decena y media de canciones empeñadas en buscar esa misma inmediatez que, al contacto con el escenario, se torna favorecedora.

Fue así, tirando de sencillez pero apostillando con convicción sus argumentos, como Yawners dejaron buen sabor de boca a su paso por La Cueva del Jazz en Vivo, con un concierto sin dobleces ni artificios, soltado de frente y apuntalado con composiciones de aspecto despreocupado. Todo manejado con naturalidad por Elena Nieto, una joven artista que desde que publicase su debut definitivo en formato largo, ‘Just Calm Down’ (La Castanya, 19), viene insinuando unas especificidades que obligan a seguirle la pista.