Supongo que parte del encanto de escuchar a Yawners para alguien de mi generación es algo tan peligroso como la nostalgia, y es que escuchar a Elena Nieto y su trío de indie rock es un viaje en el tiempo hacia los 90 y sus guitarras afiladas y melodías tarareables, una época en la que sonaban Weezer, Pavement o las Breeders, pero también los primeros Planetas, Australian Blonde o Sexy Sadie. Eso sí, tiene el enorme mérito de entregar estribillo adictivo tras estribillo adictivo con una facilidad melódica a la altura de su adorado Rivers Cuomo.
Y es que si el factor nostalgia puede pesar en los cuarentones que estábamos en la Sala Mon, ese factor no cuenta para el público principal de la artista, un buen puñado de veinteañeros que bailaron el pogo como si lo hubieran descubierto (la única manera de hacerlo) y que lo dieron todo ante el deleite de una Nieto a la que consiguieron hacer sonreír.
Hubo varios momentos destacados en el concierto porque, a pesar de contar con solo dos discos (si no contamos "Dizzy"), Yawners tiene un buen puñado de 'hits', principalmente en el notable "Duplo", uno de mis discos nacionales del año. Uno de las primeros fue "Honey", en el que mezcla el inglés y el español y tiene un estribillo tan bueno que, básicamente, lo repite en la canción más redonda y soleada de su carrera, "Suena Mejor", con la que cerró el concierto.
Sobre la utilización del inglés o el español, creo que este último es en el que destaca más, aunque su interpretación en inglés está a años luz del acento que se marcaban los primeros indies patrios en los 90. Además, cuando tienes una canción tan buena como "Rivers Cuomo", cantada en el idioma de Shakespeare, capaz de abrirte la puerta a un mercado mucho más grande (en NPR la eligieron como una de las mejores canciones de lo que llevamos de 2022) no seré yo el que te diga que no lo utilices. Eso sí, viendo como la gente coreaba hasta quedarse afónica cosas como "No Me Digas", "Paranormal" (con los Cala Vento apareciendo con ella en el escenario por primera vez), "Tu Cumpleaños" (dedicada a las 30 o 35 personas que dijeron que les tocaba soplar velas) o la divertida "La Escalera" pienso que el futuro de Yawners pasa por su propio idioma.
En definitiva, un concierto muy divertido, aunque con un sonido mejorable, de una artista que sigue sabiendo sacar oro de una fórmula que lleva existiendo desde que los Ramones decidieron tocar melodías 'bubblegum' a toda velocidad con los amplis puestos al 11. Habrá quien piense que no necesitamos un grupo más de guitarras pero viendo la respuesta del público de ayer, solo puedo decir que se equivocan.
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