Haciendo historia
ConciertosWomad Cáceres



Haciendo historia

8 / 10
Miguel Amorós — 13-05-2024
Empresa — Consorcio Gran Teatro de Cáceres
Fecha — 12 mayo, 2024
Sala — Ciudad Monumental de Cáceres, Cáceres
Fotografía — Hara Amorós

Otra celebración histórica del Womad en la ciudad de Cáceres. Si hablamos de que más de 100.000 cacereños y visitantes (según la organización) disfrutaron de cuatro días no solo de música, sino también de arte y danza, como dice su acrónimo, solo se puede calificar de éxito.

Ya en la inauguración del festival, la organización declaraba que después de 31 años de Womad en Cáceres, ya no se entiende Cáceres sin Womad y viceversa y es bien cierto que los cacereños lo consideran parte de su patrimonio.

Destacaron que se trata de un festival único en el mundo, donde las diferentes culturas se hermanan y se mostraban optimistas en que el cambio sirviera para aprender y mejorar. Porque justo este año se abría una nueva etapa en la dirección y organización del evento, ya que la madrileña Sonde3 tomaba el relevo de la empresa de Dania Devora, que ha estado al frente durante décadas.

Seguro que todo es siempre mejorable, pero es de justicia reconocer que sin el gran trabajo que durante más de veinte años hizo Dania Devora y su equipo, Womad no sería lo mismo. Aunque haya entrado otra empresa dentro de la dirección y producción del Womad, el éxito de este año, y seguro que el de los venideros, siempre tendrá una deuda con ella.

Evidentemente el festival sigue siendo gratuito y se mantuvieron los dos escenarios principales, el grande de la Plaza Mayor y el de la bonita Plaza San Jorge, pero en el total de la programación hubo menos grupos internacionales. Por otro lado se recuperó el escenario dedicado a grupos locales, algo importante y que a menudo los grandes festivales descuidan. Mejor sonido en general con un equipo más potente y abarcando más distancia. Y tampoco se perdieron otros apartados también interesantes como el Mundo de Palabras donde se compartió la lectura de cuentos acompañado por un músico o se musicalizó a Lorca. El Mercado Global. Los documentales musicales. Los talleres de adultos en los que se pudo iniciar a la danza urbana, contemporánea y al swing y los talleres infantiles siempre repletos.
Remarcable, y muy positiva, fue la decisión de prohibir la entrada de bebidas al amplio recinto de la Plaza Mayor, algo que hizo que las montañas de plástico que se recogían de madrugada se redujeran considerablemente.

Pero como siempre hacemos, vamos a centrarnos en las propuestas musicales de este año.



Jueves 9 de mayo

Las primeras notas musicales las pusieron Tiempo al Tiempo, un grupo de percusión basado en samba reggae que además de animar a bailar, transmitieron mensajes de lucha, dignidad y amor. Durante cuarenta y cinco minutos, sin descanso, su batucada llenó de ritmo una Plaza Mayor que, siendo jueves y a esa temprana hora, ya empezaba a llenarse. Sus vistosas coreografías y su enérgica presencia fue una acertada inauguración musical.

La portuguesa de origen caboverdiano Lura tomó el relevo musical. Ha estado ocho años sin editar nuevo disco, pero el pasado año publicó el séptimo de su carrera, “Multicolor”, un trabajo más moderno y actual. Se le vio con muchas ganas de volver a los escenarios y no paró de moverse y bailar. Con una voz encantadora, pero potente y con una buena banda de acompañamiento, su mezcla de estilos de raíz, funaná y batuque consiguieron que el público se moviera a su ritmo. Hubo momentos más relajados en los que mandó sus mensajes de autoestima, contra el racismo y en defensa de su propia identidad. Como en “Sou da Cá” donde afirma que ella es de donde esté su corazón y que es negra, pero sobre todo multicolor. O en “Moda bo” homenajeando a la gran Cesária Evora. Aunque acabó animando a todos a bailar con “Dançar” y “Cetam” (que grabó junto a Angelique Kidjo) y un medley de temas al son de ese rítmico funaná.

Tras esa relativa calma, llegó la tempestad con los mexicanos Son Rompe Pera. He tenido la ocasión de verlos tocar varias veces en poco tiempo, y siempre lo hacen con la misma intensidad y locura. Se toman cada actuación como si fuera la última y acaban totalmente extenuados. La cumbia es el nuevo punk, reza una de sus arrolladoras canciones y eso significa tocar cumbia, pero con actitud. Para ellos la cumbia y el punk son igual de importantes. Pero parte de su originalidad es que este proyecto se formó alrededor de la marimba, instrumento de percusión semejante al xilófono, pero con láminas y caja de resonancia de madera. La banda es un quinteto donde los hermanos Kacho y Mongo se encargan de la marimba, Kilos, el tercero de los hermanos, toca percusión, Ritchie la batería y Raúl el bajo. El que la marimba sea el instrumento solista de la banda ya es algo especial, pero es que el aspecto del quinteto también lo es, con sus brazos y cuerpos llenos de tatuajes, camisetas con logos chocantes y aspecto punk. Cierto que pueden sonar algo repetitivos, pero resulta difícil dejar de mirar lo que pasa en el escenario. El público enloqueció con ellos y lo mismo podías ver parejas bailando al son de esas cumbias o momentos de pogo total. “Cumbia buena”, “Cumbia Algarrobera”, “Reina de las Cumbias” son más clásicas y, dentro de lo que cabe tradicionales, pero F.O.O.S. con ese final acelerado o las versiones de “El Ojo Blindado” de los argentinos Sumo o el “Matar y Morir” de Decibelios, fueron hasta peligrosas. Acabaron con una coreada versión del clásico “Cariñito”.

Mitsuné



Viernes 10 de mayo



El inicio del viernes se suponía más apacible de la mano de Chloé Bird, extremeña compositora, actriz y cantante. En el escenario de la Plaza Mayor se situó en el centro con su piano, y aunque solo estaba acompañada de un guitarra y una batería, desgranó sus canciones con una fuerza apasionante. “Los extremeños siempre tenemos que tocar de día, pero eso no significa que este concierto no pueda ser memorable” dijo nada más empezar, y seguro que para ellos lo fue. Sus canciones de acento pop, pero de letras intensas, sonaron bien potentes. Temas sobre todo de su último trabajo “Flores y Escombros” en las que muestra tanto las sombras como las luces de su propia vida. Empezó con la inquietante “La Herida”. Y sobresalieron la sanadora “Nadie muere de amor” y la eléctrica “A paso lento”. Su carrera está en un momento ascendente.

Tras ella, y desde Reino Unido, Afriquoi. Para empezar, ya hicieron una declaración de intenciones: “vamos a divertirnos” y empezó la fiesta. Si unes a un carismático cantante africano con bases electrónicas, house, disco y jungle, percusiones y guitarra congoleña, y con la vista puesta en la pista de baile, el resultado puede ser efectivo. O sea, fusión de ritmos africanos con música de baile, en un festival donde la gente está deseando pasárselo bien, ¿qué puede salir mal? Incluso en un momento de su actuación animaron a todo el público a abrazarse, ¡y lo consiguieron!

Paseo a la acogedora Plaza San Jorge para ver lo más exótico del festival, Mitsune. Trio femenino de shamisen (laúd japonés de tres cuerdas) afincado en Berlín con miembros de Japón, Australia y Alemania, y que en directo se acompañan de un contrabajista y un percusionista. De entrada, la imagen es sorprendente con trajes muy coloridos y con las caras maquilladas. Su repertorio se compuso de temas de sus dos discos, una mezcla de composiciones originales y de interpretaciones particulares de canciones tradicionales, pero con un sentido de la diversión, digamos que particular. Aunque de las tres componentes originales solo pudieron venir dos, por un tema maternal, su actuación no se resintió. Como ellas dijeron “la música es un lenguaje universal” y en Womad eso es una ley básica para un público que se lo pasó en grande con la extravagante banda.

Cambio musical total con Shirley Davis & The Silverbacks. Ella canta con poderío esa mezcla de soul moderno y funk clásico, acompañada de una banda cómplice y efectiva. Su historia es singular, nacida en Londres de padres jamaicanos. Se casa con tan solo 16 años y se va a vivir a Australia. Allí empieza a cantar, hace de corista de Wilson Pickett e incluso graba con Osaka Monorail, pero es cuando vuelve a Europa que su carrera estalla. La gran Sharon Jones la apadrina y acaba fichada por Tucxone Records. Su repertorio se compuso de emocionantes baladas soul, como “Wild Girl”, más bluesy como “Love Insane” o más rockeras como “Two Worlds”, aunque nos quedamos con la emotiva versión del “We the People are Darker than Blue” de Curtis Mayfield.

Marala

Otro contraste musical para ver a Marala. Brillante muestra de esas nuevas miradas a la música tradicional. Su propuesta es valiente, porque se presentan ellas tres solas en el escenario y con un espectáculo muy pensado para el directo. Se alternan el protagonismo vocal y en la parte visual juegan con un vestuario atrevido y con ensayadas coreografías. Lo mismo están tocando guitarra, que panderos cuadrados, que se apoyan en bases grabadas o simplemente se acompañan de palmas. Aunque su disco “Jota de morir” (2022) es un canto a la bella muerte y tiene tintes más íntimos, en directo saben conjugar eso con algunas de sus últimas composiciones que parecen indicar hacia dónde va el trío. Escuchamos desde un ritual para aceptar la muerte, “Testament”, a un alegato contra la tontería masculina “Estic anticuà”, la preciosa “Ramo verde”, composición de Sandra Monfort, o ese envolvente juego vocal de “Disimula” con el que acabaron.

Para cerrar la noche, quien mejor que unos clásicos de este festival, Asian Dub Foundation. Increíble el idilio de esta banda con los dos festivales Womad que se celebran en España. Se nos escapan las veces que han actuado en ellos, pero siempre con un éxito rotundo. La Plaza Mayor estaba repleta bastante antes de su actuación y la predisposición a pasarlo bien era importante. En esta ocasión venían celebrando la gira de su treinta aniversario y aunque el setlist no difiera mucho del que llevan haciendo hace años, sigue siendo infalible. Desde ese arrollador inicio instrumental con “Mindlock”, pasando por las efectivas “Flyover” y “Naxalite” que hicieron que toda la plaza se revolucionara. Aktar Ahmed y Ghetto Priest siguen siendo las voces y Chandra Sonic su responsable mayor. Por cierto, en “Blade Ragga” acabó con su guitarra por los suelos. Hay que reconocer que ellos también lo dieron todo y su final con las inevitables “Fortress Europe” y “Rebel Warrior” fue de traca. En Cáceres se les quiere.

Asian Dub Foundation

Sábado 10 de mayo

La cacereña y flamenca Míriam Cantero abrió el último día de conciertos. Hizo una pre-presentación del que será su primer disco “Maestras”, un homenaje a las grandes maestras del cante y de la canción nacional e internacional. Lleva años en esto y se le nota su amor al flamenco, pero su reto es aportar una nueva visión. Vino arropada por batería, guitarra, teclados, un rapero a los coros y por cuatro bailarinas que le dan a su música un toque “urbano”. Demostró que es una excelente cantaora y muy buena conocedora del flamenco, pero cuando se convierte en cantante, no destacó tanto.

Tras ella se subieron al escenario otros que jugaban en casa, LK Funk. Una banda con dos guitarras, bajo, batería y dj, experta en funk, ¡claro!, más dos raperos con un descaro brutal, que al grito de ¡Palestina libre! soltaron con ganas sus elocuentes y rítmicas barras. A esas horas aún apretaba el sol, pero a pesar de la frescura de su música, con ellos la temperatura aún subió más.

Algo más relajado, pero especialmente disfrutable Mr. Kilombo. A punto de viajar para una gira por Sudamérica, Miki Ramírez y su banda nos dejó un show encantador y sugerente. Sus canciones forman parte de su propio viaje emocional, pero conectaron muy bien con un público muy receptivo y que ya llenaba la Plaza Mayor. Su música, repleta de matices, con algún arreglo para la ocasión, también hizo mover al público. Como con la festiva “Huye”, o esa rítmica cumbia, “El resto puede esperar”. También gozosas “Cortocircuitos” o “La verdad”, que nos recuerda a otro excelente compositor como es Depedro. Pero lo más especial fue ver como se quedaba solo cantando “En plena calle” o la preciosa “Cabecita loca” con toda la plaza coreándolas. ¡La intimidad es posible con más de 15000 personas delante!. Seguro que se va para Sudamérica muy satisfecho.

Ta Dhom Project

Traslado a la Plaza San Jorge para ver a Ta Dhom Project. Tras este nombre se encuentra Viveick Rajagopalan, un músico con raíces en la música clásica de la India, pero con una visión mucho más amplia y moderna. Virtuoso del mrindagan, instrumento de percusión, ha compuesto múltiples bandas sonoras y tiene abiertos varios proyectos. Pero es con Ta Dhom Project que ha reunido, por primera vez en la India, ritmos clásicos carnáticos, beatbox, percusión vocal y rap callejero de la manera más singular. En el escenario tres raperos, un bajo y Viveick con su mrindagan conectado vía midi a un ordenador. Juntos dieron una especie de show y a la vez clase magistral de “konnakol”, el arte de interpretar sílabas de percusión vocalmente, que atrapó al atento público que abarrotaba la Plaza. Cuando acabaron lanzaron el mensaje de que: “por favor, el mundo deje de luchar por las fronteras”.

Después de este viaje a la India, giro radical para mirar a Mali de la mano de Vieux Farka Touré. Habíamos disfrutado de su tormenta eléctrica recientemente y ahora el trio venía reforzado por el virtuoso del ngoni (mezcla de arpa y laúd de pequeño tamaño) Ousmane Dagno. Vieux ya tiene poco que demostrar y no hace falta nombrar a su padre Ali Farka Touré para resaltar sus virtudes a la guitarra. Pero con este formato los diálogos entre guitarra y ngoni fueron espectaculares. Además en directo aún dio más vigor eléctrico a sus temas y los alargó con grandes improvisaciones. Lo suyo es una mezcla magistral entre su propias composiciones, el folk tradicional Songhai y el blues del desierto. Temas como “Borei” sonaron radiantes y el blues de “Walaidü” fue mayúsculo. Si los amantes de la guitarra eléctrica no conocen a Vieux, se están perdiendo una de las páginas estelares de la historia de la música.

Y llegamos a O. (ó punto), otra de las sorpresas del festival. Ya lo fueron en la anterior edición de Womad Las Palmas y aquí se corroboró. Un dúo londinense formado por saxo barítono y batería. Aunque más de uno dijo que sonaban como si fuera una banda al completo. Si decimos que la batería es más que contundente y que el saxo estaba pasado por múltiples efectos, y que además son fans de Tom Morello, pueden imaginar como sonaba. Temas instrumentales oscuros con ritmos explosivos y sonidos extraños entremedio, ¿podemos decir jazz-punk?. Ver al público agitando cabezas de delante hacia atrás, podía hacer pensar que estábamos en un festival de heavy metal. En breve van a editar su primer disco “Weirdos” (algo así como “bichos raros”), título que les queda como anillo al dedo. Habituados en tocar en clubs, esta multitudinaria actuación la calificaron como el mejor concierto de su vida. Hasta el momento.

DAM

El cierre musical del Festival lo puso DAM. Y es para celebrar que un grupo palestino estuviera en Womad (aunque hace años ya participaron en el festival). Pero siendo la situación actual la que es, doble acierto. Son el primer grupo de hip hop palestino y de los primeros en rapear en árabe. Y de esto hace ya veinticinco años. Durante toda su actuación ondearon un buen número de banderas palestinas, para mostrar el apoyo a ese pueblo masacrado. Aunque Tamer lo dijo claro en las entrevistas previas: “Somos artistas y queremos ser reconocidos por eso, pero no podemos quedarnos callados ante lo que está pasando delante de nuestros ojos.” DAM son actualmente Tamer, Mahmoud y Maysa Daw con un dj soltando bases sobre las que ellos rapean. Lo hacen en árabe, inglés y hebreo para que sus mensajes lleguen al máximo de personas. En sus letras relatan su día a día y muestran su amistad tanto con judíos como con palestinos, pero claman por una solución al conflicto. En “I Don´t Have Freedom” (que aquí apareció en el recopilatorio de Fermin Muguruza Checkpoint Rock - Canciones desde Palestina) cantaron: “Vaya por donde vaya veo fronteras, la humanidad encarcelada”. En “Emta Njawazak Yamma”: “No duermo, no me despierto, soy yo quien despierta al gallo”. O en “Ya Weli”: “Inician guerras en nombre de la religión y dicen que el amor lo hace satanás”. Antes de acabar quisieron que el público conociera de primera mano lo que piensan y mediante un traductor enumeraron lo que ellos consideran tres condiciones necesarias: “Primero un alto el fuego inmediato. Segundo, todo el mundo debería ser libre. Libertad para los rehenes y libertad para los palestinos encarcelados. Y tercero, fin del asedio a Gaza y fin de la ocupación”. Se puede decir con más ritmo, pero no más claro.

Aunque no los vimos, nos queda nombrar a los artistas que actuaron en el escenario de la Plaza Santa María dedicado a los grupos locales. Hombre Tigre, Wistimber, Dixie Kong Band, Michael Durán y Subterráneos. Seguro que dieron lo mejor de si mismos.

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