Sold Out!!! que no es decir poco en los tiempos que corren. Hace dos meses escasos los mismísimos A-Bones, con Bloodshot Bill de artista invitado, no juntaban ni a 50 personas en la Gran Vía madrileña. Ayer los Arrrghs terminaban con el papel en Valencia y eso, a pesar de que el garage no está de moda, por mucho que los Black Lips pretendan lo contrario...
Garage con mayúsculas sí. Porque si Wau & los Arrghs hubiesen nacido cuarenta años antes y en Wisconsin, saldrían en el “Back From the Grave”. No es el caso, pero da lo mismo. Y es que en el garage de los Arrrghs no hay un Mustang del 67, hay un rotovato, aunque es precisamente esa esencia local, pandillera y fiestera, lo que hizo que ayer, una vez más, pusieran patas arriba el Wah Wah de Valencia.
Porque anoche hasta el techo de la sala sudaba entregado, como todos los allí presentes, a ese jukebox del baile de fin de curso más desbaratado con el que los chicos de la tienda de comics nos volvieron a llevar de viaje por las catacumbas del género. Desde We the People a los Saicos, desde los Hatfields a los Lyrics, pero siempre contados según los Arrrghs y haciéndolo en castellano. Huyendo, como en ellos es bendita costumbre, de ese extraño complejo que afecta a nuestros grupos, impulsándoles a escribir canciones en una lengua que no es la suya y que Wau & los Arrrghs convierten, como pocos, en una virtud.
El de ayer era el segundo concierto de una gira que había empezado el viernes en Barna y que, después de 20 conciertos en 26 días en diversos países como España, Francia, Bélgica y Holanda, terminará la víspera de Halloween con su aparición en el incomparable Funtastic Drácula Carnival. Y están fuertes. Están como un cohete. Con cada tema el grupo le ganaba la partida al sistema de refrigeración del local mientras la peña se volvía loca. Acertadísima selección de temas como el apoteósico “It´s great” (las francesas van a saber muy pronto como se las gastan), con ese tributo a nuestras raíces más bakalas (“Copa, raya, paliza”) y, sobre todo, con “Demolición”. Para entonces la temperatura del local alcanzaba cotas imposibles y la comunión entre Juanito, pura energía, pura punkitud, puro Lux Interior, con los Arrrghs, impecables, absolutos reyes del garage patrio y el público era absoluta. Allí estaban todos, los rockeros, los fiesteros, los Futurameros… y aquello era precisamente lo que debe ser un concierto de rock n roll: una fiesta, sin más.
Los Arrrghs están haciendo por nosotros una labor tan valiosa como en su día –y aun hoy, ojo a esos recopilatorios, “Beat From Badsville” recién editados- hicieron los Cramps, descubriéndonos joyas del garage yankee más oscuro y minoritario. Carne de cajón de singles en un mercadillo de Tulsa y fuera de nuestro radar hasta que son rescatados por estos chicos. Al margen de su labor de desenterramiento (junto con los Funtásticos) de los Saicos, reedición Munster a precio prohibitivo incluida, con cada disco los Arrrghs nos descubren a otra pandilla de americanitos dentro de un garaje esperando su llamada para ir a Vietnam. Y eso no tiene precio.
Entre el repertorio nuevo de ayer la versión de los Kinks que, en su día, también hizo Holly Golightly (“Time will tell”), por lo que ese disco imaginario –o no- de “Canciones que Wau & los Arrghs nos enseñaron” continúa sumando hits.
Fieles a esa saludable tradición del bis, volvieron a subir para rematarnos, a nosotros y al aire acondicionado, con su “Piedras” (…en el riñón…en fin, puro talento punk…) de los Lyrics y cerrar con el catecismo Arrrgh “Viva Link Wray”…para entonces la peña ya lo había dado todo.
Dos minutos después, mientras ellos vendían imaginería Arrrgh “para bailar y ponerse guapo”, el público revoloteaba por la puerta fumando. Todo eran camisetas empapadas y sonrisas de oreja a oreja. Misión cumplida.
Espectacular.....sin más.