VincentFest! presentaba en esta primera edición un cartel interesante y arriesgado a partes iguales. Un salto sin red, si tenemos en cuenta que se trata de un evento enmarcado en las fiestas populares de San Vicente, en Muriedas. Para qué engañarse… A nosotros nos encantan estos órdagos, así que allí nos plantamos con tiempo para imbuirnos del ambiente festivo pre conciertos. Aunque el recinto (un pabellón de grandes dimensiones) no jugaba a favor, la mayor parte de los asistentes nos agolpamos en las primeras filas, lo que convirtió esa primera sensación de frialdad en una encantadora fiesta privada.
Yo, Gerard fueron los encargados de abrir la noche. Nuestra curiosidad ya se disparó días antes al saber que en sus filas hay gente de Whitewood, Yo, Náufrago o Scum to the Leader. Y eso nos encontramos, una mezcla de pop, un poquito de emo, épica y melodía para parar un tren, interpretada además con clase y oficio. Gracias al destacable sonido, perfecto durante toda la noche, pudimos apreciar con detalle cada uno de los matices que esconden sus canciones.
Betacam supo adaptarse a la situación desde el primer segundo. Con espontaneidad, simpatía y una ristra de temazos envidiable, se llevó de calle incluso a los más incrédulos. Tras este proyecto se encuentra Javier Carrasco (también en Templeton y Rusos Blancos) y su imbatible fusión entre el techno pop de raíz ochentera y la canción melódica. Carrasco domina los tiempos a la perfección y fue disparando hits como “Chacal”, “Otras chavalas” o “La discusión”, a los que resistirse es misión imposible. ¿Y ya si os decimos que acabó con la versión de “Un año más” de Mecano? Pues eso. Grande.
The Covertizo finiquitaron la noche con sus versiones de Sidonie, Love of Lesbian, Lori Meyers y demás vacas sagradas del indie nacional. Una vez plantada la semilla, veremos cómo evoluciona esta sugestiva propuesta, pero esta noche ya no nos la quita nadie.
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