Violadores del Verso

Apenas diez meses después de su última visita, Violadores del Verso volvieron a Barcelona para revalidar su reinado como números uno del hip hop patrio. Una sala Razzmatazz llena hasta los topes –con las entradas agotadas tres semanas antes- y con un fuerte olor a cannabis recibía a los zaragozanos con la máxima entrega. Y eso que los autores de “Vivir para contarlo” no traían nuevo repertorio bajo el brazo (su último trabajo es el disco en vivo “Gira 06/07: Presente”). Después del difícil papel de El Señor Rojo (en las filas del sello Rap Solo), los máximos exponentes del rap nacional llegaban puntuales. Lo hizo primero R de Rumba, como suele ser habitual, después de que el público coreara su nombre al unísono. Cinco minutos de funk para dar paso a Lírico, Hate y Kase-O. Empezaron sus dos horas de hardcore crudo con “Nada Más”, tras el que intercalaron algunos temas de su último Lp como “Zombis”, “Asómate”, “Cantando”, “Filosofía y Letras” o “Pura droga sin cortar” con auténticos clásicos de la talla de “Virtuosos”, “Ballantains” o “El rey de las cantinas”. Javier Ibarra (Kase-O), especialmente comunicativo, se alzó como portavoz del grupo en un discurso en el que resaltó la vigencia del hip hop más allá de las modas y en el que apeló a la unidad de los seguidores del género bajo la famosa consigna de “respeto”. También hubo lugar para las sorpresas, como la aparición en escena de Falsalarma, que cantaron “Vete A Casa” con el apoyo de los anfitriones. Tras recordar sus diez años de carrera, Lírico y Kase-O cerraron la noche con un acertado mano a mano freestyle. Un concierto dinámico, participativo y emotivo en el que mostraron el buen estado de salud de su amistad y en el que evidenciaron que en el fondo siempre han sido unos románticos. Muy lejos queda ya la imagen de esos cuatro raperos en la Plaza del Pilar luchando hacia el primer puesto de la escena hip hop.