Gorro de punto, convers desgastadas y camisa y pantalones arremangados. En una mano, un saxo tenor, en la otra, el micrófono. Vic Mirallas sale a escena sin redobles de tambores, casi al mismo tiempo que sus músicos, con una expresión tranquila. Lo único que le separa del público es este escenario elevado de la Sala 2 de Apolo. Por lo demás, parece estar entre amigos.
Como manda el ritual, llevo toda la semana escuchando el nuevo álbum del músico antes de su concierto. “Crucidramas” trae lo que su nombre promete y lo que una necesita en esta semana fría de invierno: letras de amor y desamor y un sonido aterciopelado y meloso (en el mejor de sus sentidos). Si el artista ha ido reafirmando su estilo en 2020 con temas tan exitosos como “Mi condena”, colaboración con la portuguesa MARO, “Crucidramas” es el remate de su particular pop con propuestas interesantes que dialogan con la electrónica, el jazz, el funk y todo lo que este músico domina. En “Todo lo que tengo”, primer tema que suena hoy de “Crucidramas” y uno de mis favoritos, se intuye incluso un sonido flamenco, con la guitarra española, el cajón y algún que otro jaleo.
Vic Mirallas podría haber sido la clásica estrella del pop y recibir todos los prejuicios que implica serlo, por el efecto Justin-Bieber y porque es más fácil criticar seductora voz y una cara bonita, que reconocer que te conquistan. Sin embargo, el hecho de que haya sido saxofonista de artistas como Alejandro Sanz, se evidencia ahora en la calidad de su música en solitario y la complejidad de este directo. Visto está en la forma en que canta mientras, cómodo, va poniéndose la correa del saxofón y se acerca al teclado para dar efectos electrónicos a su voz con el uso del vocoder.
Las colaboraciones han enriquecido el concierto desde el primer minuto, siempre son gratas ya que dan dinamismo al directo. Siguiendo su línea como saxofonista, invita a los Horny Section para acompañarle en “Tú no me quieres”, que pertenece a Crucidramas; “Super vacío”, tema de 2019 en colaboración con el rapero y saxofonista Escandaloso Xpósito que también aparece en escena para hacer lo que le pertoca; y “Late Mejor”, probablemente su single más exitoso junto a Camilo. Soy de las que cree que una buena sección de vientos y un paraguas en el bolso salvan vidas. Horny Section, con Gregori Hollis (trompeta), Klaus Stroink (trompeta), Aitor Franch (saxo tenor) y Sergi Aragó (trombón), acaba por darme la razón. Entran con sus atriles y sus partituras y el ruido de las hojas, al pasar entre tema y tema, me hace sonreír. Es como si llevarán toda la vida tocando juntos, desde la primera audición en aquella orquesta juvenil del colegio de música del barrio hasta el concierto del proyecto final de carrera. Ahora, músicos profesionales, calientan sus instrumentos de viento con un movimiento rápido de teclas e incluso esos soplos dispares parecen ser parte del directo. ¿Recomendación? Comparte escenario con tus amigos.
Las colaboraciones continúan cuando recupera “El moment és teu”, tercer tema de su anterior disco de 2017 “Aquí y Así”. Un precioso tema, el único cantado hoy en catalán, que comparte con el cantante Vernat. El momento más cantautor de todo este directo. Le sigue “Qué bien que te vi”, tema que ha animado, sin duda, todos mis viajes en bus de esta semana. Una colaboración con el gallego Carlos Ares y su reconocible voz que crea una reacción instantánea en el público. Dejo mis apuntes porque necesito bailar.
De nuevo, Mirallas reafirma su distancia con el pop comercial de usar-y-tirar, ante el curioso estribillo de la “Ruina”: de repente, me siento en un festival de Londres u Holanda, disfrutando de la escena norteña independiente, con Jacob Collier como cabeza de cartel. Animaría encarecidamente al artista a seguir jugándosela (¿o seguir jugando?) con temas más experimentales, porque le favorecen y consolidan un sonido más maduro. Es en este tema donde identifico y aplaudo mentalmente el gran trabajo del técnico de luces Toni Llobet. De hecho, todo el equipo es digno de admirar: Lluís Borrell al bajo, Adri González, a los teclados, Rodrigo Hernández a la batería, Álex Carretero como técnico de sonido y Ferran, que se me escapa antes de saber su apellido, ya que, por lo general, acompaña a la guitarra Pau Figueras (juraría que este fin de semana está en los Grammys Latinos con C.Tangana). Todos y cada uno de ellos tienen su momento a lo largo del directo e incluso Mirallas los deja a solas, hecho que suele suceder al principio del concierto para que el público reclame al artista y su entrada triunfante, pero que él decide dejar al final sin protagonismo alguno.
Con los últimos temas, recuerdo el principal efecto que provoca la música de Mirallas: el estar de vacaciones. Veo un día en la playa con “Se Va”, noches de discoteca con “La Mitad de mi” y el loco amor de verano con “Babia”.
La velada finaliza y él se despide con la misma actitud que todo el directo: de pocas palabras, sin ser arrogante, próximo, sin ser dicharachero. En conclusión, un directo que se me ha hecho remarcablemente corto. Identifico temas que no han sonado de “Crucidramas” como “Mirar atrás”, “Préstame” o “CRUCIGRAMAS”. Sin embargo, repaso el set list y cuento dieciséis temas. Nada mal. Tal vez es que simplemente lo bueno pasa rápido y “Crucidramas” es un buen trabajo. El público aplaude satisfecho y yo me declaro abiertamente nueva fan de Vic Mirallas.
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