El Festival Interestelar no podía pasar una prueba más comprometida en su primera edición que capear un temporal más propio del norte de España que del Valle del Guadalquivir. Pero los elementos también cuentan y lo que bien empieza, no debía terminar mal, la organización como dicen por ahí estuvo al quite y suspendió la jornada del sábado. Con todo ello, había tantas expectativas, tantas ganas de una cita así en Sevilla que lo sucedido el viernes bastó para dar por superada esta primera prueba.
Armado de tres escenarios -dos principales pegados que no se solapaban-, banderines, merenderos y mucho cesped, el Monasterio de la Cartuja se envolvió desde las cuatro de las tarde hasta pasadas las tres de la mañana en un ambiente especial, con atractivo regusto a verbena. Se congregaron en torno a las quince mil personas, que ya se cuentan como devotos del festival que ondea como cita anual imprescindible en Sevilla.
La solvente Anni B Sweet, con su bandeja de canciones, todas agradables, fue nuestro punto de partida. Ella se desliza, picando de aquí y de allá, pasando desde "Start Restar Undo" a "Chasing Illusions" como un tiovivo a gran velocidad, silbando esas balas llamadas "Getting older" y "Ridiculous Games", donde no puedes más que dejarte ir, adherirte y disfrutar verso a verso.
Iván Ferreiro convirtió la intimidad en algo multitudinario, rasgando como sólo él sabe parte de su nuevo repertorio y rescatando habilidosamente clásicos como "Turnedo", "Toda la verdad" y "El equilibrio es imposible". Sonrisa de oreja a oreja cada vez que esas joyas suenan en directo. La clase del gallego, responsable de esas letras que se reconocen a la primera nota, creó un clima para firmar uno de los conciertos de la noche.
Hasta el escenario Obbio, el tercero en discordia, nos desplazamos para tener la oportunidad de disfrutar de dos conciertos: la rabia de "La guerra y las faltas" de Modelo de Repuesta Polar lo merecía y el terremoto de El Imperio del Perro, quienes estremecían al ritmo de su aclamado album de debut. Cada tema es una sacudida, lanzando dentelladas como "Buitres". donde estos canes más que ladrar aúllan. Y con actitud. Atención a esta formación sevillana, porque el ánimo general tras su bolo era la sensación de haberlo pasado bien.
Mando Diao salpicaron su repertorio de sus primeros pasos y del nuevo camino que transitan ahora. El baile catártico y la voz rasgada del profeta Gustaf Norén llena todo el espacio por crear, con la convicción de que no está haciendo nada mal. La salvación a través de la locura de estos suecos. que crearon instantes en los que realmente merece la pena estar ahí, una cuarta por encima del suelo, como en "Mr Moon", "Gloria" o las ráfagas ametralladoras de "Dance with somebody", puros ataques de epilepsia.
Fuel Fandango siguen impresionando en directo. En mis oídos aún resuenan los rugidos de la gran voz que posee Nita, un torrente elegante imposible de apagar. Se subieron al escenario con la misma habilidad y presencia que llevan demostrando desde los comienzos, antes de conocer el éxito y el reconocimiento de primera mano. Se colaron "Shiny soul", "Toda la vida", el poderoso "Salvaje", que cabalga y doma hasta hacer suyo a base de taconeos, y demás temas que inoculan un irrefrenable deseo de frenar la estepitosa tormenta que cayó a continuación. Para furia de los truenos, la de ella.
Belako es un espectáculo digno de ser contemplado. Ese aura crispada de los que tienen cosas interesantes que decir. Mientras la lluvia constante hacía presagiar la amenaza de suspensión el recinto buscaba el cobijo en la hoguera sonora de los vizcaínos que frotaban y hacían flotar con su sonido rotundo. Una onda expansiva que nos zarandeaba con "Sinnerman" y el temblor animal de "Sea of confusion".
Y hasta aquí llegó la aventura Interestelar. El sábado, la organización se volcó para paliar lo efectos de la lluvia pero la suerte estaba echada y era arriesgado tentarla, tras la cancelación, algunos artistas como Zahara y Maga improvisaron conciertos en salas de la ciudad. La organización resolvió con una celeridad pasmosa el cambio de monedas (¿sólo yo pregunté en la Holiday cuántos tokens era un cerveza?) y en los próximos días procederá a la devolución de la mitad del importe de los abonos. El pasado viernes retumbará en nuestra memoria hasta el próximo mayo, donde esperamos empaparnos, pero esta vez sólo de acordes.
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