¿Cómo lo han logrado Turnstile?
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¿Cómo lo han logrado Turnstile?

9 / 10
Adriano Mazzeo — 17-04-2024
Fecha — 13 abril, 2024
Sala — Teatro Vorterix, Buenos Aires (Argentina)
Fotografía — Irish Suárez

A esta altura son muchos los que se preguntan “¿Cómo lo han logrado Turnstile?” La respuesta fácil hablaría de que con esas canciones semi perfectas -no sólo las de "Glow On", sino las de sus discos anteriores también- han derribado fronteras y construido comunidades. Pero evidentemente hay mucho más que eso.

En este comienzo de abril de 2024, el grupo de Baltimore se subió a un tour especial, uno pensado desde un prisma particular: visitaron varias capitales latinoamericanas y en salas pequeñas, en general de menos de 2.000 asistentes de capacidad. Esto es, el público más cálido y entregado del mundo en recintos mínimos para lo que la convocatoria del grupo supone. Los carteles de “todo vendido” seguramente fueron diseñados a la par que el poster del tour. En Buenos Aires en particular la banda se presentó en el Teatro Vorterix, con capacidad para 1.500 personas.

La economía argentina es casi imposible de entender incluso para los propios argentinos, pero la realidad es que los casi 80 euros de la entrada eran por demás prohibitivos. La promesa de que el concierto no cambiaría de recinto ni ante un inmediato soldout, justificaba algo más el esfuerzo que todo aquel que llenó la sala con seguridad tuvo que hacer. Si a esto le sumamos que la producción y los grupos teloneros -los emo-post hardcore WRRN y los post punkers Mujer Cebra- fueron de gran calidad, pues la cosa ya no quedaba tan desfasada.

Hace exactamente dos años y con "Glow On" maravillando a todo Dios, Turnstile debutaba en las pampas con una presentación exitosa en el gigantesco Lollapalooza local. Un bajo porcentaje de quienes eligieron ver su show eran aficionados a la banda, otros muchos comenzaron a serlo allí mismo. Fast forward al Teatro Vorterix y retomada la pregunta de “¿Cómo coño lo hicieron?”.

Es real que la pandemia hizo que la avidez de los humanos por el consumo musical en todas sus formas (y por el consumo en general, claro) se exacerbe a niveles difíciles de explicar, pero el caudal de emoción y adrenalina que se vivió en esa noche porteña (y a saber también en los shows de Lima, Santiago y DF) no tienen punto de comparación inmediata.

El pogo era bestial ¡antes de que comience el show! Se vieron moshers ultraveloces, descontrolados y amorosos con sus pares, bailando violentamente… ¡SIN MÚSICA! No sabemos de quién fue la brillante idea pero el último tema que sonó por el PA antes que la banda saliera a escena fue “I Wanna Dance With Somebody (Who Loves Me)” de la diosa Whitney Houston. Había que ver la locura en ese mosh pit feliz. Espalda fuerte y corazón suave se dice en el mindfulness.

Finalmente en la hora pactada, la banda toma la escena y comienza una suerte de nirvana físico y eléctrico que durará poco más de una hora y nadie presente olvidará fácilmente.

Más allá de que el setlist fue el esperado y no deparó sorpresas, Turnstile triunfa con solo pisar las tablas. Ayuda la camiseta de Maradona que viste el bajista Franz Lyons, claro. El volúmen es monumental, pero no se escucha la voz de Brendan Yates ni los melodiosos solos de ambos guitarristas, el público es un sideshow en paralelo y canta sobre cada melodía que ofrece el sistema de sonido.

Es tan interesante el concepto Turnstile porque pone en evidencia que -aún dentro de un género tan rígido como puede ser el hardcore- los límites están para romperse. Son incontables los guiños que Turnstile hizo en este sentido y ninguna otra banda harcoreta se animó siquiera a acercarse, y como conocedor de la idiosincrasia histórica del estilo, intuyo que es posible que ese sea el auténtico triunfo del grupo. Porque las apariciones en mega festivales -Primavera Sound, el mencionado Lollapalooza, Coachella... etc, termómetros del hype a nivel universal- o las (muy) buenas críticas en medios trendies o esas colaboraciones tan arriesgadas como geniales con artistas muy lejanos a las distorsiones seguramente han hecho mucho para que Turnstile esté donde está hoy pero ¿sabéis qué? El público en el show de Buenos Aires era muy del hardcore, no había un solo personaje con una camiseta de Ramones comprada en una tienda en plan Gran Vía. El ambiente era de emoción genuina, de código de tribu, pero de tribu amigable, abierta y contracultural.

Según se suceden las canciones y la energía no hace más que subir y subir, uno piensa en las amplias inquietudes artísticas de la banda y en si con el tiempo se sostendrá este nivel de explosión pasional o si la banda expandirá su paleta sonora y cambiará de piel. Me pregunto ¿cuántos grupos hoy pueden atravesarte el cuerpo con su onda expansiva y al mismo tiempo hacerte reflexionar sobre lo bonito que es vivir el momento?
Por esto, por esas canciones extraordinarias y sobre todo porque es una banda en la que todo puede pasar, es que hay que agradecerle a Turnstile juntando las manitas y esperando verles pronto de nuevo.

 

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